La obra que nos ocupa para este comentario es la
sección central de un tríptico, cuyas alas no han sido localizadas. Según las
fuentes literarias fue pintado por Roger Van der Weyden, que nació en Tournai
(Bélgica) hacia el 1400 y murió en Bruselas en el año 1464. Se trata de una de
sus primeras obras al trasladarse a Bruselas en 1435 (siendo nombrado pintor de
la ciudad en 1436), tras haberse formado en el taller de Robert Campin desde
1427 hasta 1432, cuando obtuvo el título de maestro. Alcanzó gran prestigio y
fama desde el mismo momento de su realización. Aunque es una obra temprana en
la producción de Van der Weyden, sorprende por su madurez y calidad.
El encargo lo realizó para el gremio o la Cofradía de los
Ballesteros de Lovaina, para presidir la capilla de Nuestra Señora Extramuros
de dicha ciudad, donde más tarde se rendiría culto a la Virgen de los Dolores.
Ciudad en la que probablemente, el pintor residió desde 1432 a 1435. En honor a dicha
cofradía, el artista va a introducir pequeñas ballestas en los ángulos de esta
composición a modo de tracerías simuladas.