Desde el pasado día 15
del mes de octubre y hasta el próximo día 15 de enero de 2015, podremos asistir
a la exposición inaugurada en el Espacio Santa Clara de la ciudad sevillana con
motivo de la restauración de la obra La educación de la Virgen , atribuida al
joven Velázquez.
Asimismo se creó un Simposio Internacional durante
los días 15, 16 y 17 de octubre donde se reunieron los principales expertos
nacionales e internacionales de la obra del pintor sevillano para debatir sobre
los aspectos relacionados con su cultura, técnica y formación artística en sus
años de aprendizaje en Sevilla.
Dicha exposición está comisariada por Benito
Navarrete, director de proyectos del Instituto de la Cultura y las Artes de
Sevilla (ICAS), responsable de esta iniciativa en la que se lleva años
trabajando. Además es profesor de Historia del Arte, que antes de desembarcar
en el Consistorio dirigió durante años el centro de la Fundación Focus
dedicado a este artista. Apoya la idea de que el cuadro salió de la paleta de
Velázquez, argumentando que por la pincelada y el análisis de los pigmentos
existían evidentes pruebas de ello.
Entre los que consideran que no salió el óleo de la
paleta del pintor sevillano encontramos al reconocido historiador Jonathan
Brown, cuya ponencia fue leída dado que el especialista no pudo asistir al
simposio.
Sevilla en el siglo XVII fue una cosmopolita urbe
convertida en puerta de entrada de las nuevas tendencias artísticas. No en
vano, la ciudad aglutinaba el pujante comercio de las Indias y con los
mercaderes de Flandes e Italia, era la capital económica y cultural del Imperio
Español y destino y punto de origen de viajeros y pintores. Dicha atmósfera
rodeará aquellos florecientes talleres de pintura entre ellos el de Francisco
Pacheco, donde se formará un joven Velázquez.
En el año 2010 se publicó el artículo del
historiador John Marciari en el que se atribuía a Velázquez La educación de la Virgen que se
conservaba en los depósitos de la Yale
University Art Gallery desde 1925, siendo uno de los
descubrimientos más importantes sobre la obra del pintor sevillano.
Fue una donación de dos de sus ex alumnos, los
hermanos Henry y Raynham Townshend, cuya familia lo tuvo en propiedad durante
cuarenta años. La obra fue atribuida en principio a algún pintor de la escuela
sevillana de principios del siglo XVII, hasta que Marciari reivindicó su
autoría e incluso afirmó que el encargo inicial pudo venir del convento
carmelita de Santa Ana de la ciudad hispalense. Pintada entre los años 1616 y
1617, momento en el que el artista estaba terminando su aprendizaje y formación
junto al que después seria su suegro, Francisco Pacheco, y que comenzó a
asimilar los primeros elementos naturalistas tanto de Juan de Roelas como de
Luis Tristán.
Velázquez muestra a una familia humilde con una
Virgen que aprende las primeras letras, “representando el principio del
naturalismo español, que abre toda una escuela de pintura”, dijo Marciari
en su estudio.
La educación de la Virgen , atribuida a
Velázquez, ca.1617
Entre los expertos y especialistas en la obra de
Velázquez se produjo un intenso debate principalmente por el estado de
conservación en el que se encontraba la obra. Iba a llevar un largo y minucioso
estudio para su restauración con el fin de conseguir una buena ejecución
técnica.
Dicho proceso fue impulsado por el conservador de la Lionel Goldfrank III de Arte
Europeo, Lawrence Kanter y el director de la
Henry J. Heinz II de Yale Jock Reynolds.
Asimismo ha sido posible gracias al mecenazgo del Banco Santander, y al
convenio de colaboración firmado entre el Instituto de la Cultura y las Artes del
Ayuntamiento de Sevilla y la Yale University
Art Gallery.
La restauración de la obra se ha realizado por el
equipo formado por Ian McClure y Carmen Albendea, (como podemos ver en la
imagen) junto con todo el departamento de restauración de la Yale University Art Gallery y
el laboratorio de investigación del Intitute for the Preservation of cultura Heritage de Yale,
llevando a cabo un criterio de intervención basado en la doctrina de la
preservación y conservación. Han descubierto las partes y pigmentos originales
de la obra coincidiendo con la técnica utilizada por Velázquez en sus primeros
años y han evitado las reintegraciones.
Ian y Carmen
trabajando en la restauración.
La obra había sufrido importantes daños faltando
casi veinticinco centímetro de su parte superior y algo más de los bordes.
Estaba afectada por una potente abrasión y la capa de pintura había
desaparecido en algunas zonas. En este proceso la fotografía desempeña un papel
relevante, detallando el antes y el después de las obras a través de
radiografía y reflectografías, como bien explica Carmen Albendea, que
facilitaron la comprensión de los procesos de creación y recuperación.
La educación de la Virgen , antes de su
restauración.
En dicho proceso han estado trabajando durante más
de dos años para concluir en el resultado que podemos apreciar en esta
exposición. Además se muestran los análisis técnicos y los estudios
radiográficos que permiten conocer mejor la técnica del pintor sevillano, junto
con el catálogo que incide en el proceso creativo y las fuentes de inspiración.
Junto con la obra atribuida a Velázquez se expone
también La educación de la
Virgen de Juan de Roelas, de 1612, prestada por el Museo
de Bellas Artes de Sevilla y La Sagrada
Familia de Luis Tristán de 1613, que ha sido cedida por
el Minneapolis Institute of Arte. Esta obra que formaba parte de la colección
de la Reina María
Cristina, vuelve también por primera vez a España desde el siglo XIX.
Ello esclarece el punto de partida de los comienzos
del pintor sevillano antes de partir a Madrid hacia 1622 y realizar La
imposición de la casulla a San Ildefonso, propiedad del Ayuntamiento de
Sevilla y que también esta presente en la muestra, donde están vigentes los
mismos modelos naturalistas pero ya perfeccionados y madurados, reflejando el
progreso en la técnica del artista sevillano.
La educación de la Virgen de Juan de Roelas,
1612; La Sagrada Familia
de Luis Tristán, 1613; La imposición de la casulla a San Ildefonso de
Velázquez, 1623.
Navarrete ha concebido esta exposición siguiendo el
modelo ya utilizado con las Santas de Zurbarán, apostando tanto por el concepto
como por las obras, dándole un marcado carácter didáctico.
En cuanto a su estructura, la exposición se
articula en dos bloques situados en la sala del dormitorio bajo del antiguo
convento de Clarisas, lugar simbólico, añadiendo un elemento sentimental, ya
que fue en este mismo convento donde Velázquez pintó a la madre Sor Jerónima de
la Fuente en
1620, antes de que partiera hacia Manila. En el primer bloque se sitúan las
cuatro obras, mientras que en el segundo se instala una gran pantalla que
proyecta fotografías de los detalles de los cuadros principales, centrándose
tanto en los elementos naturalistas como en el proceso de recuperación de La
educación de la Virgen. Todo el recorrido está
envuelto en una estética y un cuidadoso ambiente barroco, que incluye música de
la época.
Lo que se pretende es que el público descubra la
primera etapa del maestro sevillano, descifrando las claves que esconde La
educación de la Virgen. Pero será además una ocasión
única para que los expertos puedan estudiar de cerca si la pincelada, el
craquelado, la imprimación y la factura del cuadro se acercan o no a la
maestría velazqueña.
“Estamos
ante un acontecimiento de relieve que tiene como finalidad acercar el
patrimonio al público visitante, concienciar de lo importante que es la tutela
de nuestros bienes culturales y demostrar que todavía la historia del arte
puede seguir sorprendiéndonos al descubrir y traer a la ciudad donde fue pintada
esta obra maestra”. Dicho por el comisario de la exposición Benito
Navarrete Prieto.
Vídeo sobre la exposición y simposio:
Fátima Ortega.
Twitter: @13Fa13
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