¡Hola
a todos y todas!
Hoy
acabamos la semana con el Impresionismo de la mano de Monet. Espero que os
guste.
El impresionismo es un
término convencional, y podríamos decir literario, porque Leroy, un crítico, lo
dijo cuando vio la obra de Claude Monet "Impression soleil s'éleve".
Ya se había utilizado
un procedimiento que era consecuencia de la evolución natural de la pintura; a
mediados del XVII la pintura ya había evolucionado mucho, ya teníamos la
perspectiva geométrica, el juego de luces y sombras y la perspectiva aérea.
El movimiento, el
instante, será la teoría que utilicen los impresionistas. Hay una rivalidad
entre fotografía y pintura, porque la fotografía muestra el instante de forma
objetiva, y la pintura tiene otras armas: puede jugar con el color y la luz.
Además tenemos las
ciencias y la filosofía, por ejemplo el ferrocarril. El paisaje se ve de manera
distinta cuando se va en una diligencia que cuando se va en ferrocarril.
¿Cuál es el
instrumento del pintor de ahora? La técnica. Una técnica que se basará también
en otra teoría científica, de Chevreul, de los colores; habla de los colores
primarios, secundarios, de cuando se mezclan (o bien en la paleta del pintor o
bien directamente los colores fundamentales uno junto a otros y el ojo humano
los une, con lo cual se tiene una impresión de lo que se está viendo).
Es decir, la sensación.
El pintor
impresionista se da cuenta de que la existencia no es instantánea, que hay
diversas versiones de esa objetividad. Estas sensaciones entran por el órgano
de los sentidos probablemente más acusado: la vista, que recoge las sensaciones
del cuerpo humano una vez que se ha visto.
La técnica de la que
estamos hablando, con el uso muchas veces de la aguada, que permite un sentido
translúcido, que se venía viendo desde el XVIII pero sin las propiedades.
Además de esta acquarella,
es importante el empastar, meter mucha pintura en el lienzo. Y el uso como
decimos, de esos colores primarios: rojo, amarillo y azul.
Para sintetizar: la
técnica pictórica del impresionismo consiste en el empleo de pinceladas
yuxtapuestas de tonos puros que forman como una textura de toques de color.
Claude Monet era hombre de familia media, más bien pobre, no muy destacada, pero con
unas inquietudes artísticas muy firmes. Tenía una gran sensibilidad.
Fue un pintor francés. Sus primeras
obras, hasta la mitad de la década de 1860, son de un estilo realista. Monet logró
exponer algunas de estas obras en el Salón de París. A partir
del final de la década de 1860 comenzó a pintar obras impresionistas. Esta
desviación del gusto de la época, que era marcado por las academias de arte, empeoró
su situación económica.
Ningún pintor del grupo fue tan
puramente impresionista como Monet. En su obra el factor dominante es un claro
esfuerzo por incorporar el nuevo modo de visión, sobre todo el carácter de la
luz, mientras que la composición de grandes masas y superficies sirve
únicamente para establecer cierta coherencia.
De todos los impresionistas, Monet
fue el que con más énfasis practicó el plenairismo, es decir la
práctica de la pintura al plein-air (en francés:
'aire pleno, total' y también - y ese es el significado que aquí más nos
importa- aire libre). La pintura
al aire libre. Aunque existe gran cantidad de pintores paisajistas previos a
Monet, se nota en ellos que la factura de sus obras ha sido realizada
principalmente dentro del taller tras un previo esbozo.
“Impresión, sol
naciente”. Monet. 1872-3.
Es la visión de un
disco solar surgente que aparece con rayos enrojecidos, y debajo, el agua. Algo
intrancesdente. No nos extraña que el tema sea insignificante. Es una
experiencia rápida; el momento, que lo ha sintetizado en casi tres objetivos
fundamentales: el más importante es el sol, que da sentido a la obra y se
refleja precisamente en el agua. Los testigos son unas manchas de las que
intuimos (nos da la sensación) que son barqueros, incluso quizás un hombre que
parece apoyado en un remo contemplando la escena.
¿Qué podría decir un
académico de este momento? No se encontraba el tema. Nos guste o no, es un
avance, una forma de expresión nueva, quizás no totalmente nueva, porque
Velázquez no se habría sorprendido.
Esta es la síntesis de
lo que de verdad es la pintura: una sensación a través de unos colores y
toques. Es una apariencia transitoria. Un tipo de instantánea, en el ambiente
del movimiento, pues el agua se mueve, el sol también...
“Campo florenciendo
en Argenteuil”. Monet. 1873.
Vemos un paisaje.
Visto rápidamente. El espectáculo del celaje de Constable y Turner.
Es muy importante la
luz, que parece salir de detrás de las nubes. Nos interesa el movimiento de las
amapolas y por supuesto también de las personas. Vemos como se desvirtúan las
personas por el movimiento, que a su paso mueven hojas y flores... lo
transitorio.
Podemos decir que esta
es una escena de primavera.
“Versiones Catedral de Rouen” Monet.
Tiempo, luz y
movimiento. De este tema hizo hasta 40 versiones. Las teorías de Berson nos
dicen que el tiempo es “espaciado e irreversible”.
Estas obras son muy
interesantes, en este caso nos da varias versiones del mismo objetivo en
distintos momentos. Se ven los distintos aspectos que tiene. De nuevo la
apariencia transitoria.
Y
esto ha sido todo. Pronto seguiremos hablando del impresionismo. Nos leemos el
lunes.
Fuentes consultadas:
- AA.VV: Impresionismo. Un nuevo Renacimiento.
- GRIMME, Karin, WOLF, Norbert: Impresionismo.
- PADBERG, Martina: El Impresionismo.
- P.C., Gerardo; "Arte del Siglo XIX"; Universidad de Sevilla
Fuentes consultadas:
- AA.VV: Impresionismo. Un nuevo Renacimiento.
- GRIMME, Karin, WOLF, Norbert: Impresionismo.
- PADBERG, Martina: El Impresionismo.
- P.C., Gerardo; "Arte del Siglo XIX"; Universidad de Sevilla
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