Bienvenidos
y bienvenidas una vez más a mi blog.
Hoy
os traigo un post muy interesante, sobre la Catedral de Milán y su inusual
construcción.
Italia
va a tener un punto de inflexión importante en el desarrollo histórico y
cultural en lo que ellos llaman “reunificación”; deberíamos hablar de
unificación, pues Italia nunca estuvo unida (territorios independientes, el
Vaticano, ducados…). En el siglo XIX se produce la Unificación Italiana, que
finalizará con la creación de una monarquía por parte de la familia Saboya, y
que crea ciertos conflictos.
Se
van desarrollando muchas cosas, entre las que está la ópera italiana (Verdi; se
escribía por las esquinas: “Viva V.E.R.D.I.” = Viva Victorio Emanuele Rey de
Italia).
Hay
una cuestión que empieza a sustentarse en Italia: la arquitectura como
documento histórico, la historia está escrita en los edificios, que recogen lo
mejor de las glorias nacionales.
Van
a trabajar (sobre todo en la zona norte del país) un grupo de arquitectos y
artistas interesados en las Bellas Artes, pero también con un interés en la
restauración arquitectónica. Son gente interesada en el dibujo, algunos
aficionados a la pintura, y sobre todo amantes defensores de las artes
industriales y suntuarias; incluso practican este diseño y realización de artes
industriales. Manifiestan amor por el arte del pasado, especialmente el
medieval. Estudian los monumentos y también reinterpretan los monumentos que
les son encomendados. Por parte de las fuerzas políticas existe un acuerdo para
que la sociedad empiece a conocer sus monumentos y valorarlos, y que empiece a
surgir en ellos una conciencia del respeto y sean valorados.
A
partir de la segunda mitad del siglo XIX una serie de autores empiezan a
trabajar, intentando que las restauraciones no sean tan fantásticas, poniendo
una limitación entre la fantasía, con el estudio del edificio, sabiendo su
historia y nos van a ir acotando esos elementos fantásticos que incorporó
Viollet-Le-Duc.
Las
restauraciones serán individuales, personalizadas.
En
esta corriente histórica tendrán en cuenta muchos principios de Ruskin, pero
esto también va a delimitar lo que sería la restauración.
La
Catedral de Milán se empieza a construir en estilo gótico en 1386 y no se
llegarán a terminar lo que serían las naves ni la fachada.
En
1571 es nombrado obispo San Carlos Borromeo, y lo que hará es encargarle a
Pellegrino Tibaldi la conclusión de la catedral; ésta sigue siendo de un estilo
gótico final, pero Pellegrino considera el gótico como un estilo extranjero, ya
que lo auténticamente italiano sería un estilo de la Roma clásica. Intenta
transformar la catedral en un templo romano. Hay un proyecto de fachada para la
conclusión de la catedral, que la adecua como si fuese un templo romano: orden
gigante de columnas (procede de lo que estaba haciendo Miguel Ángel en San
Pedro del Vaticano) y un gran frontón triangular; irá también decorando la fachada
con una serie de obeliscos. Este proyecto nunca se llegó a realizar, pero sí
que se encontraron los cimientos.
Las
obras se paralizan y en 1605 Franceso Maria Richini será el encargado de
continuar la fachada. Abrirá las cinco puertas, y ampliará el segundo cuerpo
colocándole una serie de ventanas rectangulares.
El
proyecto nuevamente queda paralizado, y será retomado con Buzzi hacia 1643. Se
plantea otra solución totalmente distinta: en un edificio que es completamente
gótico con una serie de elementos renacentistas, vamos a intentar unificar los
dos estilos, ¿cómo? Se unificará toda la catedral en un solo estilo: el gótico.
Hará una reinterpretación del gótico pero desde el punto de vista barroco. Va a
eliminar las columnas, y en su lugar colocará las pilastras góticas para
compartimentar lo que sería la fachada. Va a dejar las cinco puertas de Richini
(arquitecto anterior) y las ventanas también.
Por
falta de dinero el proyecto vuelve nuevamente a paralizarse.
Habrá
otros proyectos en el siglo XVIII, pero no se llegan a realizar. A finales del
siglo, aparece un nuevo arquitecto: Soave, que retomará el proyecto de Buzzi y
su unidad estilística. Se va a inspirar en el gótico italiano, no el francés.
En la fachada va a respetar tanto las puertas como los pilares ya construidos
en gótico, y también esas ventanas (asimismo, también respeta el ábside).
A
partir del siglo XIX, se da la ocupación francesa por Napoleón; éste quiere
dejar sello de su paso y quiere terminar la catedral. Manda a un arquitecto,
Pollak, a terminar la fachada, pero el arquitecto muere en 1806. Después de él
vienen dos arquitectos más: Giuseppe Zanoia y Carlos Amati. ¿Cómo la terminan?
Con esa reinterpretación del gótico y elevando todo lo que existía cuando
llegaron. Igualan las ventanas que no estaban construidas, se respeta todo,
pero se le da esa fisonomía característica del gótico. Finalmente se coloca una
cubierta a dos aguas. Se finaliza en 1809.
Y
hasta aquí el post de hoy. Como veis, una construcción muy prolongada que han
sufrido muchos edificios. Espero que os haya interesado.
Fuentes
consultadas:
- M. Alfredo J.: "Teoría de la Restauración y Conservación"; Universidad de Sevilla.
(*) Nota:
las imágenes fueron tomadas de Internet y los derechos de autoría pertenecen a
sus respectivos dueños.
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