Nos situamos en el momento de dominio español
sobre todo el continente europeo más concretamente en época de Felipe II. En
este momento entramos en una etapa artística nueva producto de la crisis del
Manierismo acentuándose este cambio en torno a 1600. Roma se va a convertir en
el centro cultural del nuevo movimiento barroco. Venecia está sucumbiendo a una
lenta agonía producto del cambio de centro comercial mundial del nuevo al viejo
mundo producto del descubrimiento de América.
En las cortes papales romanas localizamos
cuatro familias importantes: Barberini, Ludovisi, Spada y Borghese. En ellos comienza esta reforma
cultural llamando incluso a artistas extranjeros. Destaca en este sentido el
papel que van a tener en el urbanismo romano. No obstante la característica
principal es la existencia de un arte híbrido con caracteres romanos y
caracteres propios del lugar de procedencia del artista. Las figuras se vuelven
un poco más ampulosas y se aprecia cierto tenebrismo y carácter de tristeza. Es
la época que define por lo tanto el declive del anterior arte italiano.