Remedios
Varo nace en Cataluña, es una mujer que desde niña tiene acceso a la pintura.
El padre está siempre viajando y su madre es muy católica. Cuando se asientan
en Madrid, el padre ve que su hija es talentosa y hace que estudie Artes en la
Academia de San Fernando, siendo una de las primeras mujeres que va a estudiar
en la Academia. Es española, pero después de la guerra marcha a París y se
establece como pareja de Benjamín Peret, un poeta surrealista que la pone en
contacto con los surrealistas y Bretón en especial. Con este poeta se marcha a
México cuando los surrealistas dejan París para establecerse en EEUU o México.
Varo
realmente desde un primer momento que conecta con ese ambiente intelectual del
surrealismo le interesa la alquimia, lo sobrenatural… y es la primera pintora
en México que tiene esa conexión tan estrecha con los surrealistas, aunque
criticaba muchos de los aspectos de ellos.
Ella
se dedica más que nada a la ilustración y comercial, y ya en México se separa
de Peret y se casa con un austríaco, que la anima a partir de la década de los
’50 a que deje la ilustración comercial y empiece a pintar. A partir de 1953
encontraremos claramente esa consagración definitiva de esta artista, con gran
éxito de la crítica y el público.
Muere
en 1963, está solo una década pintando, y su fama y su reconocimiento en México
convierte el Palacio de Bellas Artes en un homenaje póstumo, el cual recibe más
de 50.000 visitantes.
Por
tanto la obra de esta mujer está relacionada con la alquimia, la ciencia, la
magia, lo oculto… Realmente ella en sus obras utiliza una iconografía que es
tradicionalmente femenina, con actividades de coser, bordar, cocinar… y la
transforma en lo que parecen imágenes cosmogónicas, que representan la fuerza
creadora de la mujer. Una utilización de los mitos clásicos convertidos.
Aunque
su obra parte del surrealismo, cuando ella llega a México se hace amiga de
Eleonora Carrington, que conecta también con parte del surrealismo, pero
ironiza con la teoría del surrealismo, sobre todo con la relación de los
surrealistas con las mujeres. Hay una reivindicación de carácter feminista
bastante fuerte.
Veremos
como la educación que ella tiene en el mundo de los colegios femeninos de
monjas lo va a revertir en su obra, teniendo un gran conocimiento de los mitos
clásicos, la cultura literaria… todo lo refleja en su obra. Como sus padres
estaban siempre viajando, la llevan a un colegio de monjas.
“Hacia la torre”,
1960
Representa
a las monjas y alumnas uniformadas del colegio al que asistía. Las torres son
como colmenas, donde ella se sentía encarcelada y vigilada, en un ambiente
claustrofóbico.
“La Llamada”, 1960
Su
modo de entender la pintura es eminentemente literario, poético, en clave de
“romanticismo negro”. Su pintura demuestra un interés por lo sobrenatural y
alquimia. En sus obras la iconografía de lo tradicionalmente femenino se
transforma en imágenes cosmogónicas que representan la fuerza creadora de la
mujer. Adopta una estrategia de transposición de mitos tradicionalmente masculinos
hacia formas femeninas.
“La huida”, 1961
En
su obra aparecen con frecuencia figuras humanas estilizadas realizando tareas
simbólicas, en las cuales se tienen a la vez elementos oníricos y arquetípicos.
Su obra entera está teñida de una atmósfera de misticismo, pero plasmado en las
figuras representativas del mundo secular moderno. Su pintura está puntualizada
por un marcado interés por la iconografía científica. De allí que en tiempos
recientes, las obras de la pintora sean retomadas cada vez con más frecuencia
en la literatura de divulgación.
“Bordando el manto
terrestre”, 1961
Recuerda
a su etapa de estudio, todas las jóvenes bordan un manto mientras escuchan a un
maestro o alquimista, su propia cultura personal. Los mundos y seres vivos son
dependientes uno de los otros y viceversa. Cada uno borda su vida, su manto
terrestre. Con una técnica en cierta medida bastante conseguida y de calidad,
con un ambiente casi etéreo, distante. Las mismas jóvenes, aquí cautivas en una
torre, están bordando como en un escritorio medieval, el manto terrestre bajo
las órdenes de un “Gran maestro”. Éste, que lleva puesta una capucha, y la cara
cubierta por un velo, les está leyendo el manual de instrucciones mientras
revuelve un caldo que hierve en el mismo recipiente alquímico del que las
chicas sacan su hilo de bordar. He aquí el interés de Remedios Varo por la
alquimia: todo es parte de un Todo, es decir, todo está relacionado de alguna
manera y a la vez que fuimos creados somos creadores. Nosotros modificamos
nuestro mundo y éste nos determina. Mundo y seres vivos son dependientes uno de
los otros, y viceversa.
-
Elabora mundos particulares inspirados en
imágenes de El Bosco, Goya, El Greco, los frescos del románico catalán y De
Chirico.
-
Aunque su obra parte del Surrealismo, su trabajo
posee cierta ironía hacia la teoría y la práctica del movimiento, especialmente
por lo que respecta a su relación con la mujer.
Nace
en Cuba, de padre chino y madre mulata, y muere en París. Se marcha a estudiar
a España en 1924 y residirá en Madrid. Estudiará pintura con Álvarez Sotomayor,
Vázquez Díaz… larga trayectoria en España (hasta 1937). Más tarde marcha a
París y empieza esa amistad profunda con Picasso y los poetas surrealistas.
Ilustrará la obra de Bretón, y es realmente un apasionado de la poesía
surrealista.
Aporta
formas nuevas, fantásticas, que parten del cubismo, pues en esa estancia en
España estudia y le interesa el estudio de los grandes clásicos del Prado.
Se
casa, es padre y enviuda, se queda sin hijo… en menos de dos años.
Aunque
estudia con Sotomayor, no le interesa la técnica: “el oficio es útil para el arte, pero el arte no es oficio”.
Le
interesa Goya, Velázquez, y sobre todo los holandeses y flamencos, donde
descubrirá la seducción del color.
Empieza
a hacer una obra de carácter social, y se une a unos artistas jóvenes
anticonformistas, que hacen una pintura de carácter social, de dibujo
minucioso, con personajes del pueblo, paisajes donde representa escenas del
pueblo.
Llega
a exponer en el Círculo de Bellas Artes de León.
Cuando
empieza la Guerra Civil luchará con el bando republicano, y en 1937 cae
hospitalizado herido, y allí coincide con un amigo de Picasso que le da una
carta de recomendación para dársela a Picasso y que marche a París.
“Dolor de España”,
1938
La
conexión de Picasso y Lam es estrecha. Picasso será una figura determinante en
el estilo de Wifredo Lam.
En
1939 inaugura su primera exposición en Madrid, donde lleva obras de este tipo,
el pintor que va prescindiendo de lo anecdótico, presentando el dolor a través
de un trazo amplio.
El
dolor de España que le va a suponer todo de las líneas oblicuas, tonos fríos…
“Personaje con
tijeras”, 1942
Debido
a la invasión de los alemanes decide marchar a Marsella por barco hacia Estados Unidos.
Lam decide quedarse en Cuba. Llega a Cuba en 1941 y la Cuba que el dejó es
totalmente diferente, resulta un país extraño. La situación cubana es terrible,
por lo que domina la frivolidad turística de la isla (prostíbulo de Florida).
Las
tijeras invitan a “dar un corte con la cultura colonial”. Las plantas
tropicales, las formas de la cultura negra, captadas con una nueva luz, avivan
poderosamente su imaginación plástica y su pensamiento. Drama cubano.
“La jungla”, 1942
Los
rostros representan estructuras de máscaras, las caras están formadas por
planos yuxtapuestos. Se trata de un poliformismo unitario que asocia lo vegetal
y lo animal a lo humano. La referencia al arte africano es solo inspiradora, no
de adopción total. Cuatro personajes con multiplicación de cañas de azúcar.
Es
la obra que lo llevará a consagrarse internacionalmente; la primera
consagración de Lam es su amistad con Picasso.
Esta
obra se expone en Nueva York en 1943, y es todo un escándalo porque el Gobierno
Cubano lo invitó a participar en dicha exposición. Justo en la galería Pierre
Matisse de Nueva York se le ofrece hacer una exposición independiente e
individual.
Él
estaba en contra de Baptista, presidente cubano por aquel entonces, y toma
partido por Fidel Castro. A medida que se va desarrollando ese estado nuevo,
también se separa de esta política castrista que tampoco compartía.
“Malembó, dios de
la encrucijada”, 1943
Representa
los miedos y mitos de su niñez. Malembó es la deidad yoruba de las
encrucijadas, el dios que vigila las decisiones de los hombres. Por su carácter
dual, Lam lo representa como un híbrido, síntesis de naturalezas muertas.
Y hasta aquí este post. Como veis
el surrealismo que presenta la obra de Frida Kahlo, Remedios Varo y Wifredo Lam
es muy diferente en cada uno de ellos, pero todos están dentro de este
movimiento surrealista dentro de la realidad iberoamericana.
Espero que les haya gustado. Un saludo.
Fuentes consultadas:
-
Edith
Mendoza Bolio: “A veces escribo como si trazase un boceto. Los escritos de
Remedios Varo”.
-
Janet
Kaplan: “Viajes inesperados, el Arte y los Viajes de Remedios Varo”.
-
Magnolia Rivera:
“Trampantojos: el círculo en la obra de Remedios Varo”.
-
M. M.
Jesús: “Arte Iberoamericano en los siglos XIX y XX”
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