Venus
(o Afrodita) simboliza la belleza y domina todas las facetas del amor humano.
También es diosa de la fertilidad humana, y representa el principio de la vida
en el universo y el instinto propagador de la especie. También a veces es
protectora del matrimonio (se puede confundir con Hera), y también protege la
prostitución. Son frecuentes los mitos en los que la diosa infunde el amor a un
mortal, en ocasiones ayuda a otros en sus pretensiones amorosas, y también
castiga a los que se oponen a ella.
Su
origen se remonta a una posible divinidad neolítica del amor, se superpusieron
y fundieron con ella en el segundo milenio antes de Cristo, dos figuras:
-
Una, quizás, de origen indoeuropeo,
conocida como hija de Zeus y Díone.
- Otra, de origen oriental que nace según
la tradición del mar a partir de
los genitales de Urano
(relacionada con Astarté, Ishtar y otras diosas primitivas de Anatolia).
Respecto
a su iconografía, sabemos que en las imágenes primitivas aparecía desnuda y
custodiada por dos palomas; pero a partir del siglo VI a.C. el modelo será una
imagen más grandiosa, vestida con aparatosos trajes, con un “polos” en la
cabeza y con una manzana, paloma, niño u oca en la mano. A partir de este
momento se establece el chitón, más fino que el peplo, sobre el que se colocaba
el himation en diagonal sobre el pecho.
“Afrodita
Urania”, copia de un original de Fidias, h.430 a.C., Museo del Louvre (París).
Se
mantiene la imagen de Afrodita vestida, con paños mojados para trabajar la
anatomía. También la podemos encontrar reclinada o sentada. Aquí vemos un leve
giro en su representación, sigue vestida pero su manto empieza a desprenderse
dando un toque erótico. Su pie está apoyado sobre una tortuga, que dicen que
puede aludir al mundo marino por haber nacido de Urano.
“Afrodita de
Frejús”, copia romana de un original de Calímacos, h.415 a.C., Museo del Louvre
(París).
Se
empieza a desnudar aludiendo a su origen primitivo, su desnudo comienza en esta
obra, se desprende del manto y va vestida con túnica sin cinturón, dejando al
descubierto un pecho.
“Afrodita de
Arlés”, copia de un original de Praxíteles, mediados siglo IV, Museo del Louvre
(París).
Esto
lo culmina Praxíteles, que hará dos modelos: el primero es la Afrodita de
Arlés, semidesnuda donde vemos que la diosa ha dejado caer la túnica
descubriendo el torso. Se piensa que podía llevar a Eros en el brazo y se
estaría comunicando con él. En la otra mano lleva la manzana.
“Afrodita de
Cnido”, copia de un original de Praxíteles, mediados siglo IV a.C., Museo Vaticano (Roma).
El
segundo modelo es la Afrodita de Cnido; aquí nos la muestra antes de iniciar un
baño “lustral”: aparece desnuda completamente y apoya su mano izquierda sobre
una hidria que sería de bronce. Se hizo para un templo de Cnido, allí se la
veneraba como diosa de la navegación y se relacionaba con Astarté, por eso
siempre aparece desnuda.
En
las zonas de costa, las diosas de la fertilidad aparecían desnudas, con una
mano que tapaba el pecho y con otra el pubis, pero no era un gesto púdico, sino
señalando la lactancia y la fecundidad. Praxíteles inaugura el modelo de la
“Venus Púdica”.
“Afrodita de
Capua”, copia de un original de Lisipo, h. 320 a.C., Nápoles.
Esta
sigue el modelo de la de Arlés, pero lo más interesante es que incorpora
atributos interesantes: coloca su pie sobre un casco, el casco de Ares, su
principal amor, y además se está mirando en el escudo del mismo dios (el casco
falta), por tanto estaríamos ante una Venus en el espejo. Además lleva una
diadema en la cabeza.
Afrodita
suele aparecer montada en un macho cabrío, en una oca, cisne, delfín… Y desde
la época más antigua se la identifica con una paloma. La manzana es símbolo de
fertilidad y madurez. También se la relaciona con la rosa, la violeta y el
mirto. Es muy importante Eros, su principal compañero.
“Venus Capitolina”,
copia de un original anónimo, h.300 a.C., Museo Capitolino (Roma).
Venus
era la divinidad romana que protegía la naturaleza, aguas y jardines, pero pronto quedó asimilada a la Afrodita griega,
diosa del amor y la belleza. Convirtieron a Afrodita en protectora del pueblo
romano, pues los gobernantes la consideraron antepasada suya, por tanto, está
en el origen de Roma. Julio César inauguró el culto a Venus Genetrix, la
adoraba como antepasada suya a través de Eneas, hijo de Afrodita.
“Venus
dormida”, Giorgione, h.1510, Dresde.
En
la Edad Media podemos ver a Afrodita desnuda aludiendo al pecado y la lujuria
(si aparece vestida alude al planeta Venus). A partir del Renacimiento se
recupera su imagen, la de diosa sensual. Incorpora nuevos matices, como la
Venus dormida, siendo Giorgione quien la crea. La poesía proporcionaba al
espectador el placer de contemplar la belleza.
“Venus de
Urbino”, Tiziano, 1538, Uffizi (Florencia).
Tiziano
sigue el mismo modelo de Giorgione pero acentúa el carácter erótico. Aquí la
diosa no está dormida, sino mirando al espectador de manera directa y franca,
con mirada de seducción. Aparece acompañada por un perro pequeño, criadas…que
hace que pierda un poco la connotación divina. Se ha visto como un simple
retrato de una cortesana, por eso se ha interpretado como un cuadro erótico.
“Venus del
Espejo”, Diego de Silva y Velázquez, 1646-49, National Gallery (Londres).
Aquí
se mezclan el desnudo y el espejo; Velázquez plasma los conocimientos
adquiridos en Italia. Se piensa que lo que se refleja en el cuadro es la
belleza admirada, se ve los gestos de reflexión sobre la belleza. Trata el tema
mitológico siempre desde obras antiguas, por eso se dice que este desnudo de
espaldas puede que fuese inspirado por Hermafrodito.
“El baño de
Venus”, François Boucher, 1751
Aparece
esta iconografía, el baño de Venus, donde aparece la diosa con los Erotes que
la ayudan y también todos sus elementos del tocador. Aquí se ve a Venus como
auténtica dama de la época.
“Amor Sacro y
Amor Profano”, Tiziano, 1515, Galería Borghese (Roma).
La
figura de Afrodita en la antigüedad tenía valor de alegoría, por ejemplo,
Platón distinguía a la Afrodita Urania, que la consideraba símbolo de amor
puro, de la Afrodita Pandemo, hija de Zeus y Díone que era el amor carnal. Tiziano
coloca dos amores, uno espiritual y otro carnal.
Una
vez nacida del mar y tras sus pasos por las islas, sube al Olimpo y empieza a
intervenir en diferentes escenas colectivas de dioses.
“Bodas de
Tetis y Peleo”, Jacob Jordaens, 1636, Museo del Prado (Madrid).
Dónde
Afrodita tiene el papel más importante es en el Juicio de Paris, un episodio de gran resonancia mítica porque fue
la causa directa que desencadenó la guerra de Troya.
El
desencadenante se produce en la boda de la nereida Tetis con Peleo. Esta boda
fue instigada por el propio Zeus para evitar perder el poder. Peleo acabó
reinando en Ftia. A ese banquete fueron invitados todos los dioses, a excepción
de Eris o Éride (la discordia). Como venganza, apareció en la boda y lanzó, sin
que nadie lo viera, una manzana que rezaba “para la más hermosa” y cayó justo
donde estaban Afrodita, Atenea y Hera, que al instante querían cogerla (algunos
autores dicen que era una manzana de oro).
Para
resolver el conflicto acuden a Zeus, pero éste descargó la responsabilidad en Paris, un príncipe troyano, que había
sido relegado a los montes de Troya como pastor para evitar un oráculo, y en el
monte Ida tiene lugar el juicio. Las tres diosas intentaron sobornarlo: Atenea
prometió hacerlo invencible en el combate; Hera, señor del universo; y
Afrodita, le prometió la más hermosa mujer de la tierra. Finalmente Paris
entregó la manzana a Afrodita, y ésta en recompensa le dio a Helena, hija de Zeus y Leda. Paris
ayudado por Afrodita raptó a Helena. Atenea y Hera se proclamaron enemigas de
los troyanos, mientras que Afrodita se declina a favor de ellos. El rapto de
Helena es el desencadenante de la Guerra de Troya; Atenea y Hera ayudan
a los griegos y Afrodita a los troyanos.
“El Juicio de
Paris”, Lucas Cranach el Viejo, 1528, Nueva York.
A
partir de la Edad Moderna, el juicio de Paris tiene gran representación. Aquí
las tres diosas aparecen sin atributos, y Paris debajo de un árbol las observa
para elegir la más hermosa, mientras que Hermes sujeta la manzana.
“El Juicio de
Paris”, Peter Paul Rubens, 1630-40, National Gallery (Londres)
Aquí
Paris y Hermes observan a las tres diosas que se desnudan. Es interesante como
las diosas aparecen con algunos de sus atributos (pavo real: Hera; escudo con
cabeza de medusa: Atenea). Al fondo en el cielo, hay una figura que representa
a Las Furias, divinidades de la venganza.
“Amores de
Paris y Helena”, Jacques-Louis David, 1788, Museo del Louvre (París).
Paris
parte a Esparta para raptar a Helena con ayuda de Afrodita. Aprovechando la
ausencia de Menelao (esposo de Helena), Afrodita hizo que Helena se enamorara
de Paris y volviesen a Troya. Otras versiones dicen que fue un rapto con
violencia. Una vez Helena raptada, Menelao lo descubre y organiza toda una
flota griega y se dirige a Troya para invadirla.
Aquí
la vemos totalmente entregada al príncipe troyano. Él tiene el gorro frigio y
una lira. Vemos las Cariátides del Louvre.
Manme Romero.
Fuentes consultadas:
-
ELVIRA
BARBA, M. Ángel: Arte
y mito. Manual de iconografía clásica.
-
H UMBERT,
Jean: Mitología griega y romana.
-
V. Manuel: "Mitología
Clásica"; Universidad de Sevilla.
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