martes, 18 de noviembre de 2014

La gran burburja del arte contemporáneo




¿Mercado del arte? Nos encontramos ante un concepto dual, pues mercado es una palabra puramente económica, pero también es artístico (‘arte’). Este concepto va a englobar a una serie de individuos o de instituciones que son los que se van a dedicar a la explotación lógicamente económica y comercial del arte. Por tanto, estos individuos/instituciones fijan los precios, establecen el precio de producto artístico, de las obras de arte.


Los valores económicos tienen un peso muy importante, de hecho los economistas tienen aquí un papel muy relevante; piensan que toda obra de arte tiene un valor económico. Se plantea en muchas ocasiones que los grandes museos del mundo pudieran hacer un balance desde el punto de vista económico de todas las obras que tienen.

Frente a esta opinión, hay quienes piensan que las obras no tienen un valor económico, no pueden tener un precio o una etiqueta. Por cuestiones de identidad y de historia hay ciertas obras que no se pueden vender, por ejemplo, “Los fusilamientos” de Francisco de Goya, aunque esto no quiere decir que no haya gente que estuviera dispuesta a comprarlo. Por tanto, cualquier objeto tiene un precio, y para establecerlo tiene que ser comparado por otros objetos y con el precio del mercado.


¿Por qué viene dado el precio a un objeto? Lo que cuenta es la utilidad de producto, esto es lo que marca el precio de cualquier objeto (sea o no artístico); es la necesidad de producto. Pero, ¿cuál es el valor de utilidad en la obra de arte? El valor estético es el que marca el precio, en este caso, de la obra de arte. Esto es lo que hace que una obra sea más cara o más barata, pues el valor estético hace que un objeto artístico sea único e irremplazable. Por tanto, esto provoca que los precios se disparen. Tendremos que mencionar dos aspectos que aclarar:

-      Falta de coherencia en el valor de coste. Una obra de Francis Bacon que se vende por 80 millones de dólares, ¿vale materialmente 80 millones de dólares?
-      El valor del tiempo es muy relativo, pues hay obras de arte que se hacen con mucha rapidez, y en cambio hay otras que tardan muchísimos años. Esto no sería un criterio riguroso.
¿Qué factores influyen en la valoración de una obra artística? Hay distintos factores que van a influir.  Todos estos valores que iremos nombrando estarán vinculados con la oferta y con la demanda, lógicamente de la obra de arte en la sociedad que se venda (contemporánea). Hay que decir también que los factores más conservadores son muy tradicionales, pues han sido puestos en duda por los artistas, pero también por los propios intelectuales.


1.      La propia obra de arte. El propio objeto artístico, el carácter material será el que más influye (el oro vale más que el papel). Esto no valdría para las perfomances, happenings… esto ha sido ya superado por el coleccionismo de empresas, pues las grandes compañías empresariales se convierten en financiadoras de esas manifestaciones que pueden ser perecederas o conceptuales, porque de ellas van a obtener beneficios por la reproducción de las imágenes o fotografías que aparezcan en los medios de comunicación.
2.      Otro factor importante que influye en la valoración de una obra de arte es la autoría de la obra o su firma. Cuando un artista firma su obra, automáticamente sube de precio. Cuando una obra está firmada pero también dedicada a una persona en concreto, vale menos. Vale más si está firmada que si está atribuida, del taller, círculo del artista, de un seguidor del estilo del artista, y por último, copia del artista. (ß esta sería la escala de valor, de mayor a menor).
3.      La autenticidad de la obra. El hecho de que el artista haya ejecutado esa obra, con independencia de que figure su firma o no, sino que se sepa que artista ciertamente ha realizado esa obra (por encargos, testimonio, documentos…). Cuando compramos una obra en subasta (no firmada), si en un período de 5 años se demuestra que esa obra no es auténtica, se tiene derecho a devolver la misma, así como recuperar el dinero.
4.      Unicidad de la obra, es decir, que esa obra sea única. El recurso más importante para el coleccionismo es el sentirse poseedor de una obra única, que no tenga nadie, un carácter un tanto narcisista. El hecho de que sea un objeto único hace que el precio se dispare. ¿Y en el caso de una fotografía? El cliché puede ser vendido, destruido, quemado, para que ese positivado sea la única que haya en todo el mundo. En el arte pop ocurre algo así, todas parecen iguales, pero no lo son.
5.      Por último, influirá el estado de conservación de la obra. Esto está vinculado con las restauraciones e intervenciones que ha sufrido la obra; el número de restauraciones e intervenciones también hará subir o bajar el precio.

Una vez que hemos hecho estas pequeñas apreciaciones, les invito a ver el documental que les dejo a continuación. Una vez lo acaben, saquen sus propias conclusiones.



Para terminar, les dejo mis pequeñas conclusiones finales:

Francis Outred (especialista de arte contemporáneo de Sotheby’s): “creo que se pueden hacer comparaciones entre la Florencia del siglo XVI y la época que vivimos ahora, por la gran riqueza e innovación”.
Aby Rosen (coleccionista y marchante de arte): “la gente tiende a buscar lo más nuevo; y eso no está mal, porque el arte se ha convertido en una mercancía, como otras muchas cosas; puedes usarla para socializar”.
El arte es una inversión, porque es fácil manipularlo”.



Manme Romero.



Fuentes consultadas:
John Tompson: “El tiburón de 12 millones de dólares”





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