miércoles, 3 de diciembre de 2014

El Joven Velázquez: La educación de la Virgen de Yale.




Desde el pasado día 15 del mes de octubre y hasta el próximo día 15 de enero de 2015, podremos asistir a la exposición inaugurada en el Espacio Santa Clara de la ciudad sevillana con motivo de la restauración de la obra La educación de la Virgen, atribuida al joven Velázquez.

Asimismo se creó un Simposio Internacional durante los días 15, 16 y 17 de octubre donde se reunieron los principales expertos nacionales e internacionales de la obra del pintor sevillano para debatir sobre los aspectos relacionados con su cultura, técnica y formación artística en sus años de aprendizaje en Sevilla.

Dicha exposición está comisariada por Benito Navarrete, director de proyectos del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), responsable de esta iniciativa en la que se lleva años trabajando. Además es profesor de Historia del Arte, que antes de desembarcar en el Consistorio dirigió durante años el centro de la Fundación Focus dedicado a este artista. Apoya la idea de que el cuadro salió de la paleta de Velázquez, argumentando que por la pincelada y el análisis de los pigmentos existían evidentes pruebas de ello.

Entre los que consideran que no salió el óleo de la paleta del pintor sevillano encontramos al reconocido historiador Jonathan Brown, cuya ponencia fue leída dado que el especialista no pudo asistir al simposio.

Sevilla en el siglo XVII fue una cosmopolita urbe convertida en puerta de entrada de las nuevas tendencias artísticas. No en vano, la ciudad aglutinaba el pujante comercio de las Indias y con los mercaderes de Flandes e Italia, era la capital económica y cultural del Imperio Español y destino y punto de origen de viajeros y pintores. Dicha atmósfera rodeará aquellos florecientes talleres de pintura entre ellos el de Francisco Pacheco, donde se formará un joven Velázquez.

En el año 2010 se publicó el artículo del historiador John Marciari en el que se atribuía a Velázquez La educación de la Virgen que se conservaba en los depósitos de la Yale University Art Gallery desde 1925, siendo uno de los descubrimientos más importantes sobre la obra del pintor sevillano.
Fue una donación de dos de sus ex alumnos, los hermanos Henry y Raynham Townshend, cuya familia lo tuvo en propiedad durante cuarenta años. La obra fue atribuida en principio a algún pintor de la escuela sevillana de principios del siglo XVII, hasta que Marciari reivindicó su autoría e incluso afirmó que el encargo inicial pudo venir del convento carmelita de Santa Ana de la ciudad hispalense. Pintada entre los años 1616 y 1617, momento en el que el artista estaba terminando su aprendizaje y formación junto al que después seria su suegro, Francisco Pacheco, y que comenzó a asimilar los primeros elementos naturalistas tanto de Juan de Roelas como de Luis Tristán.
Velázquez muestra a una familia humilde con una Virgen que aprende las primeras letras, “representando el principio del naturalismo español, que abre toda una escuela de pintura”, dijo Marciari en su estudio.

La educación de la Virgen, atribuida a Velázquez, ca.1617

Entre los expertos y especialistas en la obra de Velázquez se produjo un intenso debate principalmente por el estado de conservación en el que se encontraba la obra. Iba a llevar un largo y minucioso estudio para su restauración con el fin de conseguir una buena ejecución técnica.

Dicho proceso fue impulsado por el conservador de la Lionel Goldfrank III de Arte Europeo, Lawrence Kanter y el director de la Henry J. Heinz II de Yale Jock Reynolds. Asimismo ha sido posible gracias al mecenazgo del Banco Santander, y al convenio de colaboración firmado entre el Instituto de la Cultura y las Artes del Ayuntamiento de Sevilla y la Yale University Art Gallery.  

La restauración de la obra se ha realizado por el equipo formado por Ian McClure y Carmen Albendea, (como podemos ver en la imagen) junto con todo el departamento de restauración de la Yale University Art Gallery y el laboratorio de investigación del Intitute for  the Preservation of cultura Heritage de Yale, llevando a cabo un criterio de intervención basado en la doctrina de la preservación y conservación. Han descubierto las partes y pigmentos originales de la obra coincidiendo con la técnica utilizada por Velázquez en sus primeros años y han evitado las reintegraciones.


Ian y Carmen trabajando en la restauración.

La obra había sufrido importantes daños faltando casi veinticinco centímetro de su parte superior y algo más de los bordes. Estaba afectada por una potente abrasión y la capa de pintura había desaparecido en algunas zonas. En este proceso la fotografía desempeña un papel relevante, detallando el antes y el después de las obras a través de radiografía y reflectografías, como bien explica Carmen Albendea, que facilitaron la comprensión de los procesos de creación y recuperación.

La educación de la Virgen, antes de su restauración.

En dicho proceso han estado trabajando durante más de dos años para concluir en el resultado que podemos apreciar en esta exposición. Además se muestran los análisis técnicos y los estudios radiográficos que permiten conocer mejor la técnica del pintor sevillano, junto con el catálogo que incide en el proceso creativo y las fuentes de inspiración.

Junto con la obra atribuida a Velázquez se expone también La educación de la Virgen de Juan de Roelas, de 1612, prestada por el Museo de Bellas Artes de Sevilla y La Sagrada Familia de Luis Tristán de 1613, que ha sido cedida por el Minneapolis Institute of Arte. Esta obra que formaba parte de la colección de la Reina María Cristina, vuelve también por primera vez a España desde el siglo XIX. 
Ello esclarece el punto de partida de los comienzos del pintor sevillano antes de partir a Madrid hacia 1622 y realizar La imposición de la casulla a San Ildefonso, propiedad del Ayuntamiento de Sevilla y que también esta presente en la muestra, donde están vigentes los mismos modelos naturalistas pero ya perfeccionados y madurados, reflejando el progreso en la técnica del artista sevillano.

  
La educación de la Virgen de Juan de Roelas, 1612; La Sagrada Familia de Luis Tristán, 1613; La imposición de la casulla a San Ildefonso de Velázquez, 1623.

Navarrete ha concebido esta exposición siguiendo el modelo ya utilizado con las Santas de Zurbarán, apostando tanto por el concepto como por las obras, dándole un marcado carácter didáctico.
En cuanto a su estructura, la exposición se articula en dos bloques situados en la sala del dormitorio bajo del antiguo convento de Clarisas, lugar simbólico, añadiendo un elemento sentimental, ya que fue en este mismo convento donde Velázquez pintó a la madre Sor Jerónima de la Fuente en 1620, antes de que partiera hacia Manila. En el primer bloque se sitúan las cuatro obras, mientras que en el segundo se instala una gran pantalla que proyecta fotografías de los detalles de los cuadros principales, centrándose tanto en los elementos naturalistas como en el proceso de recuperación de La educación de la Virgen. Todo el recorrido está envuelto en una estética y un cuidadoso ambiente barroco, que incluye música de la época.


Lo que se pretende es que el público descubra la primera etapa del maestro sevillano, descifrando las claves que esconde La educación de la Virgen. Pero será además una ocasión única para que los expertos puedan estudiar de cerca si la pincelada, el craquelado, la imprimación y la factura del cuadro se acercan o no a la maestría velazqueña.

“Estamos ante un acontecimiento de relieve que tiene como finalidad acercar el patrimonio al público visitante, concienciar de lo importante que es la tutela de nuestros bienes culturales y demostrar que todavía la historia del arte puede seguir sorprendiéndonos al descubrir y traer a la ciudad donde fue pintada esta obra maestra”. Dicho por el comisario de la exposición Benito Navarrete Prieto.




 Vídeo sobre la exposición y simposio:





Fátima Ortega.
 Twitter: @13Fa13 






Webs consultadas:



No hay comentarios:

Publicar un comentario