viernes, 3 de enero de 2014

Nueva España en el siglo XVI


Hoy vamos a hablar sobre la Nueva España en el siglo XVI, más concretamente del Arte Hispanoamericano.

En el siglo XVI va a ver dos grandes virreinatos, el del norte con México, Thenostritan en lengua azteca; y el virreinato del sur, con Perú. Hacia el norte se fue explorando el territorio que hoy día conocemos como los EEUU.
Hasta 1519-20, hubo una guerra muy dura por conquistar el territorio de México, los aztecas contra los españoles, ya que ellos querían seguir teniendo su cultura y cosmogonías.
México está rodeado de volcanes y sobre una laguna, en una altiplanicie.
Con una gran cantidad de indígenas, ¿cómo se resuelve el problema de la evangelización? Los aztecas apreciaban el líquido rojo de la sangre, que hacía que pensara que todo lo relacionado a la agricultura, ganadería, noche, día, fertilidad… todo se nutría de esa sangre de los sacrificios que ellos hacían.
Los dioses aztecas atendían a todas las instancias y los actos de los seres humanos. Era una religión mágico-animista. No tenían lugares de culto igual que en España. Tenían inercia a las celebraciones al aire libre, y también al canibalismo.
Nueva España se denomina así porque le recuerda mucho a todo lo que habían dejado atrás.


¿Cuándo comienza la evangelización? Allá por el año 1524, momento en que los primeros misioneros transmiten el Evangelio como un código moral. La idea de salvación se producirá a través de un Dios trinitario. Por otra parte hay que señalar que tuvo cierta acogida, sobre todo en la gente joven, la idea del evangelio porque el sacrificio de Cristo a través del derramamiento de su sangre, se relacionaba mucho más con su cosmología y sus aspectos religiosos.
La evangelización se produce tras la conquista de Cortés recordemos en 1520. Y se produce principalmente por la atracción que supone un país tan parecido a España en todos los aspectos. La conquista en ese territorio familiar fue sencilla haciéndose Cortés con el apoyo de las tribus sometidas por los aztecas. La evangelización se va a entender como el respaldo o la excusa para seguir con la labor de dominio americano. Cortés entendía que se debía prolongar el imperio azteca dejando lo ya existente y rellenando algunos espacios.

Atrio del Convento de Huejotzingo.

Es el primer y único atrio excavado arqueológicamente. Con puntos discontinuos es la iglesia actual y el claustro. La cruz del atrio se ha puesto a eje con la iglesia y la entrada al atrio.
La iglesia es de nave única, con contrafuertes y cabecera ochavada. El arquitecto que excavó esto fue Cordova, mejicano.
Al fondo se aprecia como una especie de cobertizo y una capilla abierta, o también se llama de indio. Habitáculo para colocar un altar. [Todo ello es un testimonio reciente]
Este espacio está delimitado, es un espacio sacro.
En una esquina podemos apreciar una posa hecha con ladrillo y decorada. Es más actual.
En todo el conjunto del atrio hay muchos árboles, para dar sombra.

Nos centraremos en las posas que sí revisten más significación. Lo primero que hay que tener en cuenta es que todas las posas eran en su origen volúmenes huecos aunque actualmente se hayan cegado. Poseían en todo caso una pequeña tabla en los huecos para evitar la entrada de algún animal. Pero su uso como ya sabemos era variadísimo. No tienen un carácter monumental pues están hechas con manos indígenas. Ello explica que cada una tenga un estilo propio y que por ejemplo la cubrición cambie en algunas. No hay un mismo programa constructivo ni una sistematización. No existe tampoco una idea de arte en su ejecución pues están puestas al servicio de la evangelización. Ello explica que de forma ingenua las caras pegadas al muro (que no se ven desde el interior pero sí desde el exterior) queden desnudas y no se decoren.

Posa de San Francisco.

Posa dedicada al patrón de este complejo. Actualmente tapiado y cegado ciertamente se afea la estructura que fue concebida para estar abierta. Se articula como un templete modesto pero muy bien distribuido decorado en su frente con unos ángeles en vuelo con los instrumentos de la pasión (clavos y tenazas), destaca el arcángel San Miguel. Supone entender que San Francisco buscaba expresar la emotividad de los acontecimientos pasionarios. La vivencia del sufrimiento de Cristo era uno de los principios de la doctrina. En el centro apreciamos el escudo de las cinco llagas que recuerda al hecho milagroso de la estigmatización. ¿Cómo están hechas las llagas? Buscando el sentido de la forma plana tan característica de los indígenas, es decir, planiforme. Si comparamos con otros emblemas apreciaremos que tiende más a la turgencia. En este sentido tenemos el del arquillo del ayuntamiento de Sevilla.
En la parte superior apreciamos quizás la primera escultura de México tras la llegada de los colonizadores. Se trata de San Francisco arrodillado ante una cruz. Ejemplifica el momento de la estigmatización (según los grabados de la época se produjo por una aparición de Cristo crucificado con alas de serafines). A los indígenas se les daría este motivo y se les pediría su representación. Ellos lo interpretaron. Por otra parte no se puede descartar lo que se conoce como la representación teatral de los acontecimientos más importantes de la vida de los santos, recurso usado en la Edad Media y que aquí pudo repetirse.
El San Francisco se presenta ejecutado con pliegues rectos sin sensibilidad hacia la profundidad. Es una figura rígida y elemental sin conocimiento anatómico. La bóveda esquifada, que cubre el conjunto, se trasdosa con un cordón franciscano. Antiguamente al otro lado de San Francisco, había una imagen del encomendero de Calpan apareciendo como donante orando ante la cruz. Rematando el conjunto una cruz, aunque no es la original. Hay un arte vivo, que en este caso remite al teatro. También se aprecian escudos con la emblemática de Cristo y María.

 
Posa del Juicio Final.

Todo el recinto está delimitado por un muro muy pobre.
Es también un templete pero rematado de forma diferente lo que nos demuestra que no hay un modelo único. En este caso se remata con una estructura piramidal por aproximación de hiladas. Demuestra que no se han asimilado las formas curvas. Aquí también participarán los indígenas orientados y adoctrinados por los monjes franciscanos. En el interior también podríamos encontrar imágenes pintadas. La cara principal nos muestra un tema iconográfico repetido hasta la saciedad en Europa. Nos referimos a Cristo en el centro en majestad flaqueado por la espada y por la vara florida (igual que el Juicio Final de Miguel Ángel). A la izquierda la Virgen y a la derecha San Juan. A su vez localizamos ángeles trompeteros llamando a los muertos que están saliendo de sus tumbas, resurrección de la carne.
Todo ellos rematado por una tiara pontificia y una cruz. Con ángeles en las esquinas y decoración vegetal de posibles tallos de cactus, planta erizada con púas.
Hay muchos motivos extraídos del grutesco. Se caracterizan las veneras.
Los españoles le van a enseñar tanto las imágenes iconográficas como las tallas, por lo que los propios indígenas irán evolucionando.

Posa de la Virgen.

También la encontramos con remate piramidal, por aproximación de hiladas. Es igual que las anteriores pero sin la decoración vegetal. En ella encontramos temas marianos. Se aprecia un friso de florones que se empiezan a ir introduciendo, a maneta de arte local.
El relieve más destacable es el de la Virgen de los Dolores, que según las escrituras sabemos que eran siete dolores. Ese dolor es representado mediante cuchillos. La manera de plegar los paños y de colocación de la virgen sentada, recuerda a la del Pantocrátor anterior. Con un gran tratamiento de los paños. En los tondos de las puntas de cada espada, posiblemente hubiera pinturas de plumaria con los elementos de la pasión de Cristo.

Posa de los Evangelistas.

Aparecen cuatro tondos con el símbolo de los cuatro evangelistas, el Tetramorfo.
También tiene remate piramidal como las anteriores, con elementos de los que venimos hablando ya.
En el centro se puede apreciar la representación posiblemente de San Juan evangelista, con una copa en la mano.
Dentro de la posa encontramos un retablo, bastante destrozado que deja ver el aparejo de los muros. En el centro se aprecia un calvario y a ambos lados pudo haber pinturas. En los alto la representación de Dios Padre y unos escudos. Posiblemente fuera uno de los primeros retablos que se realizaría en Sevilla y se ensamblaría allí en México.
En la parte baja de este retablo, que parece una reliquia de lo que fue, queda una imagen suelta.

Convento de Huejotzingo.

Se llama de San Miguel, ya que los franciscanos eran muy devotos del arcángel. En un dibujo de la primera etapa de construcción se aprecia troncos de árboles a modo de columnas o pilares.
- La entrada al atrio de Huejotzingo se realiza mediante tres arcos de medio punto no muy bien trazados. Llevan una decoración de una vara con una tela enrollada. También con decoración pomas. Le entrada está elevada, hay unos escalones. Al fondo vemos la fachada de la iglesia y ante ella la cruz en el cruce del atrio. Arriba de la fachada se aprecia una modesta espadaña y almenas con un hueco, de origen militar, posiblemente tuvieron un carácter de defensa ante los indígenas.
Pegado a la iglesia encontramos el convento.
- La cruz del atrio es del tipo de cruz arbórea. La basa es una gran corona de espinas que estaba erizada de espinas.

Las posas de Huejotzingo se van a parecer a las de Calpan, aunque están muy regular.

Posa de dos ángeles.

Existe en este atrio una mayor regularidad y supervisión por parte de los europeos. Las posas nos recuerdan a las de Calpan. En el interior podemos apreciar una pintura con la representación de la Virgen como una Asunción. En el arco hay un relieve como una especie de cadena de eslabones, es un elemento que tiene que ver con la prisión, con el condenado; pero también delimita un espacio jurídico o tienen relación con la monarquía.
En este lugar hubo un choque importante entre los misioneros franciscanos y los civiles.
La posa está muy bien compuesta, con cubo muy ordenado y rematado por una pirámide. En lo alto había una crestería pero ha desaparecido. Podemos distinguir el escudo de las cinco llagas y el cordón franciscano delimitando el arco a modo de alfiz. Dentro de él el relieve de dos ángeles flotando que parece que portan los atributos de la pasión de Cristo. Sus caras son muy significativas.
En otra posa han desaparecido el relieve de los ángeles y los escudos.

Fachada de la Iglesia.

En la parte baja está la puerta de entrada y en lo alto una ventana que da a la parte del coro. Así que al entrar por esta puerta a la iglesia nos encontramos en la zona del sotocoro, bajo el coro. Esta es la composición típica de estas fachadas.
En la puerta se aprecia un dintel, pero a modo de arco conopial muy rebajado, con un moldurión. Posiblemente fue realizado por canteros europeos, muy expertos. Arriba de esta puerta encontramos una serie de medallones y el cordón franciscano. En la parte alta esa sensibilidad planiforme del escudo de las cinco llagas enmarcado por otro cordón. Y la ventana con una arco de medio punto no muy bien resuelto y otra vez el cordón franciscano.
También encontramos unos baquetones a ambos lados de la fachada, moldura gruesa colocada en vertical que no termina en un capitel, sino en una moldura arrollada no muy bien resuelta. Los baquetones se han estriado, es una especie de impás del gótico-mudéjar.
En los medallones podemos apreciar letras góticas ‘IHS’, talladas con ese sentido planiforme en la piedra, pero se han podido hacer en plumaria o materiales perecederos.
En una puerta de madera de la Iglesia de Santa María de la Granada, fin siglo XV, encontramos la misma grafía y adorno de las letras de los tondos de Huejotzingo. También era un convento franciscano.

Puerta de la Porciúncula.

Es la portada del lado norte. El jubileo de la porciúncula se trata de una fiesta religiosa en el mundo católico. Está cegada ya que por ahí no se puede entrar ni salir. Tiene una ornamentación algo interesante, extraña, exótica…
Era un vano con arco de medio punto, en el trasdós como un motivo vegetal de frutos, no son las típicas pomas. Se aprecia un alfiz (gótico-mudéjar). A ambos lados hay unos soportes muy curiosos con una especie de capiteles algo bulbosos. En las enjutas o albaneras de ese alfiz se colocan los escudos de las cinco llagas franciscanos. Punteando el alfiz hay unos elementos de florones. En la zona baja, pegando al suelo, el motivo de las pomas.
Tanto arriba como abajo del soporte se aprecia la labor de cestería típica mudéjar. En la zona alta del arco, a modo de crestería, se aprecian estrellas de mar, posiblemente procedentes de Portugal, ya que se conoce la existencia de un cantero, Diego Díaz de Lisboa, que se conoce que estuvo enseñando cantería a los indígenas. Conocemos una especie de curriculum suyo.
Se alternan tallos con elementos granulentos sobre unos soportes con motivo vegetal, como hojas de acanto.
El relieve que bordea el arco parece que es una especie de cadena, pero se trata del toisón de oro de la monarquía española (delimitación), a la cual parece que le falta un elemento.
Toribio de Benavente fue el guardián de este conjunto de Huejotzingo.
En los soportes a ambos lados de la puerta tienen en el centro unos escudos, uno de ellos tiene las llaves de San Pedro, potestad religiosa, con una cruz y una corona.
La orden del toisón de oro, es una orden militar de la Edad Media. Importancia de las cruzadas, aunque España no participa directamente ya que la península tenía el problema musulmán. La practicará Francia. Esta orden la implanta Carlos I.
Hay un pacto entre la monarquía española y la iglesia católica, para enseñar y predicar el evangelio. Por ello se toma de referencia y se coloca en esta puerta.

Retablo de Huejotzingo.

La cabecera presenta unas buenas bóvedas de nervaduras góticas. Es el típico retablo de los años 60-70, de la segunda mitad del siglo XVI. Retablo: ubicación, “retro tabulam”, detrás de la mesa de altar. Ocupa todo lo que es el frente de la Iglesia. En el mundo americano aparecen las imágenes, tanto en escultura, como el crucificado principal y los padres de la Iglesia en las hornacinas, así como los relieves encima del crucificado y también las pinturas. Se sabe que Simons Pereyns, un pintor flamenco, fue el que realizó las pinturas.
En el relieve central podemos apreciar la estigmatización de San Francisco.
El retablo está realizado de forma reticulada y ahí se va ubicando todo el conjunto de imágenes.
Las partes que podemos apreciar son el banco, donde se apoya todo el retablo, con tres cuerpos y el remate o ático. En verticales tenemos las calles.
Está realizado en madera, anclados en el muro. Retablo que ya está hecho en México. El avance y capacidad que tiene el propio país, estamos contemplando que ya se hacen obras comparables.

Habitación del conjunto monástico de Huejotzingo.

Está cubierta con vigas de madera. En ella podemos apreciar a los doce franciscanos adorando la cruz, como si fueran los doce apóstoles. Apenas tiene color, se combina el blanco y el gris. En estas pinturas podemos encontrar santos, como San Antonio de Padua, San Buenaventura… santos franciscanos.
El enmarcado de estas pinturas posiblemente sea de esas especies de cenefas de los libros. Sentido didáctico. Se puede ver a San Francisco en escenas de su vida. Son pinturas que forman parte de la evangelización. El arte como capacidad que tiene el ser humano para crear.

En otra sala se aprecia la pintura de la Inmaculada Concepción. Alrededor de ella, que está también en el centro, hay elementos de aclamaciones o piropos hacia la Virgen. A ambos lados se encuentran Juan Duns Escoto y Santo Tomás de Aquino, dos monjes dominicos.




Manme Romero.






Fuentes consultadas:
- G.P. Emilio: "Arte Hispanoamericano"; Universidad de Sevilla.


(*) Nota: las imágenes fueron tomadas de Internet y los derechos de autoría pertenecen a sus respectivos dueños.

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