jueves, 30 de enero de 2014

Los discípulos de los Carracci: Guido Reni y Domenichino




Nos situamos en el momento de dominio español sobre todo el continente europeo más concretamente en época de Felipe II. En este momento entramos en una etapa artística nueva producto de la crisis del Manierismo acentuándose este cambio en torno a 1600. Roma se va a convertir en el centro cultural del nuevo movimiento barroco. Venecia está sucumbiendo a una lenta agonía producto del cambio de centro comercial mundial del nuevo al viejo mundo producto del descubrimiento de América.
En las cortes papales romanas localizamos cuatro familias importantes: Barberini, Ludovisi, Spada y Borghese. En ellos comienza esta reforma cultural llamando incluso a artistas extranjeros. Destaca en este sentido el papel que van a tener en el urbanismo romano. No obstante la característica principal es la existencia de un arte híbrido con caracteres romanos y caracteres propios del lugar de procedencia del artista. Las figuras se vuelven un poco más ampulosas y se aprecia cierto tenebrismo y carácter de tristeza. Es la época que define por lo tanto el declive del anterior arte italiano.


Los motivos que explican la crisis de los valores renacentistas son:
1.    Régimen de austeridad y rigor religioso tras la Contrarreforma.
2.    Nacimiento del movimiento evangelista de Savonarola.
3.   Normas del Concilio de Trento en materia de arte sagrado: conformidad con las fuentes, decoro y conveniencia, no debe inspirarse en obras clásicas antiguas porque remite al paganismo…
4.   No se pueden representar figuras desnudas por ser algo vulgar y demostrar torpeza en el pintor.
5.   Interpretación de los teóricos a las ideas del Concilio. Ello propició que fuera necesario que aparecieran nuevas formas que pudiesen eludir las prohibiciones.
6.  El tema mitológico se moraliza ejemplificando los dioses virtudes morales. El panorama artístico puede pues dividirse en tres corrientes: El Barroco Romano, el naturalismo de Caravaggio y el clasicismo de los Carracci.

Guido Reni (1575-1642) es el representante del sentimiento de la naturaleza. Ello puede dominarse como la representación de la realidad de forma más subjetiva y creativa. Este personaje nace y muere en Bolonia formándose en la academia de los Carracci. En él el ambiente piadoso de Bolonia influirá sobremanera. Viajará a Roma donde el impacto fue tal que consideró que su estilo debía ser riguroso. Debía buscar el término medio fundiendo la tendencia clasicista de los Carracci y el naturalismo tenebrista de Caravaggio. Entre sus caracteres más destacados señalamos:
1.    Composiciones que por la distribución de las figuras recuerda a Rafael.
2.   Cuerpos idealizados. Carácter escultórico y potente como Miguel Ángel. No obstante en las obras de tema mitológico suele estilizarlos. Maestro en representar lo monumental inmóvil.
3.    Perspectivas simples y nada espectaculares.
4.   Pinceladas de blanco típicas de Tiziano además de la yuxtaposición de los colores del norte de Italia.
5.  Rostros que recuerdan a las teste divine. En ellos se aprecia el llamado sentimiento del corazón.

Crucifixión de San Pedro

Del año 1604, este encargo para la Iglesia de San Pedro de las Cuatro Fuentes fue tan apreciado que en 1796-1797 llega el comisario de Napoleón y se lo lleva a Francia, siendo recuperado por Cánova en 1802 y llevado a la pinacoteca vaticana. Si en algo destaca esta composición es en la influencia de Rafael. Solamente hay que ver que la distribución de las figuras sigue el esquema piramidal.
Los sentimientos que muestra el mártir también resultan comentables. Su gesto comparado con la obra de Caravaggio es de redención. Si nos fijamos parece estar aceptando su destino sabiendo que con la muerte se encontrará más cerca de Dios. Aquí se aprecia la influencia que le ambiente de Bolonia, piadoso, y del que él fue muy partícipe, tuvo en este artista. La anatomía de San Pedro está idealizada, recordando a Miguel Ángel aun siendo un personaje mayor.
Sobre los colores debemos de hablar de la yuxtaposición y las pinceladas de blanco de algunas zonas. La atmósfera está de acuerdo con el momento y recuerda a Caravaggio por su tenebrismo. Los otros personajes son tres hombres que lo crucifican. Curiosamente toma la disposición de las tres gracias realizando un ensayo del cuerpo masculino. La perspectiva es simple y solamente se abre cuando el mártir extiende sus brazos.

Atalanta e Hipómene, 1618-9.

Se representa un tema mitológico. Atalante era una muchacha libre que intentaba por todos los medios no casarse. Sus padres le obligaban a ello y ella urdió un concurso para encontrar pretendiente. Si el pretendiente le ganaba en una carrera se casaría con él. Si no era así el infeliz moriría. Hipómene, personaje astuto, pidió ayuda a Atenea para que le ayudara a ganar. Ésta le dio tres manzanas y le dijo que las fuera arrojando. Haciendo eso obligaba a Atalante a pararse para cogerlas. Esas manzanas eran de oro. Atalante perdió y se casó con él.
Como es típico del barroco se representa el momento de mayor tensión, cuando se está en plena carrera y se arroja la manzana. Destaca para empezar la ambientación, oscura como pocas. Los cuerpos son idealizados pero estilizados, típicos de este autor. Crea además un equilibrio simétrico gracias a las diagonales que hacen las piernas de los personajes al cruzarse. Las cabezas son netamente clásicas.
El movimiento de la composición se consigue con los velos. Los colores lo componen una gama de grises, blancos, azules y rojos. Parece ser una alegoría de la codicia y una crítica descarnada de la mujer.
Hubo un filósofo importante francés llamado Pascal, que habla de nosotros como “una caña al viento”, que la naturaleza no puede comer en cualquier momento, lo insignificante que somos. Cuando ve los cuadros de Guido Reni dice que en ellos se puede apreciar esta idea, “sentimiento de corazón”, a través de carencias sensitivas muy armónicas, transparencias, veladuras de colores basadas en escalas de grises, actitudes patéticas y teatrales… se puede decir que anticipa las exageraciones barrocas.

Domenichino nace en Bolonia y muere en Nápoles. Es un personaje menos sensible y subjetivo que Guido Reni representando la corriente más teórica de la academia. Por ello en él podemos hablar de:
1.    Visión más restringida siendo su modelo Rafael, siempre idealizado.
2.    Composiciones traducidas en ideales de belleza clásica
3.   Nunca debe acudirse a Miguel Ángel ya que las composiciones deben ser equilibradas y no llenas de tensión.
4.    Gusto por los paisajes.

San Jerónimo en el paisaje, 1610.

En esta composición el protagonista es el paisaje. Recuerda claramente a una obra parecida de su maestro Annibale Carracci. Parece ser que representa a San Jerónimo acompañado del león símbolo del eremita. El modelo de la composición parece ser una xilografía de Tiziano.
El paisaje tiene atmósfera y recuerda a las obras de los artistas del  norte de Italia.

Pala Baglioni

Es su verdadera obra maestra. El tema que se nos presenta está tomado del libro V de la Eneida. Cuenta este capítulo que habiendo llegado a la isla de las ninfas Eneas y los suyos deciden jugar a un juego: atravesar con una flecha a un señuelo que dejarán suelto. Este tema es reinterpretado por nuestro artista tomando como protagonista a Diana y a sus ninfas en el bosque. Solamente viendo la actitud de Diana sabemos quién va ganando. El señuelo ha caído muerto atravesado por la flecha de la diosa mientras otras pasaban cerca o se quedaban clavadas en un tronco de árbol.
Destaca la atmósfera de fiesta que se respira. El aire pesa y se obtiene una obra agradable a la vista gracias al uso del color, siempre claro, de carácter líquido, que influirá en otros artistas como Poussin. El paisaje comienza a gozar de un protagonismo propio, con gran atención a los efectos de luz y brillo del agua en la atmósfera, tal y como se ocuparán de desarrollar en la propia Roma los franceses Poussin y Claudio de Lorena. Las ninfas son todas hermosas doncellas, semidesnudas pero pertrechadas con los arcos y flechas de la caza. Los perros quieren saltar para recoger la presa, mientras el resto de las muchachas se solaza en el baño. Ese personaje que con toda su fuerza intenta sujetar a los perros tiene la misma postura y los mismos brazos que le personaje que soporta pesadamente el cuerpo de Cristo en la obra del entierro de Cristo de Rafael.
Se juega con la perspectiva, profunda y se hace un homenaje a Massaccio pues en la parte de atrás se representa de forma muy similar a como él lo hizo la expansión de Adán y Eva del paraíso.




Manme Romero.






Fuentes consultadas:
- PACCIAROTTI, Giuseppe: “La pintura barroca en Italia”
- G.P. Emilio: “Arte Barroco”; Universidad de Sevilla

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