miércoles, 29 de octubre de 2014

Mitología Clásica III: Afrodita (Venus)




Venus (o Afrodita) simboliza la belleza y domina todas las facetas del amor humano. También es diosa de la fertilidad humana, y representa el principio de la vida en el universo y el instinto propagador de la especie. También a veces es protectora del matrimonio (se puede confundir con Hera), y también protege la prostitución. Son frecuentes los mitos en los que la diosa infunde el amor a un mortal, en ocasiones ayuda a otros en sus pretensiones amorosas, y también castiga a los que se oponen a ella.


Su origen se remonta a una posible divinidad neolítica del amor, se superpusieron y fundieron con ella en el segundo milenio antes de Cristo, dos figuras:
-      Una, quizás, de origen indoeuropeo, conocida como hija de Zeus y Díone.
-    Otra, de origen oriental que nace según la tradición del  mar a partir de los genitales de Urano (relacionada con Astarté, Ishtar y otras diosas primitivas de Anatolia).

Respecto a su iconografía, sabemos que en las imágenes primitivas aparecía desnuda y custodiada por dos palomas; pero a partir del siglo VI a.C. el modelo será una imagen más grandiosa, vestida con aparatosos trajes, con un “polos” en la cabeza y con una manzana, paloma, niño u oca en la mano. A partir de este momento se establece el chitón, más fino que el peplo, sobre el que se colocaba el himation en diagonal sobre el pecho.

“Afrodita Urania”, copia de un original de Fidias, h.430 a.C., Museo del Louvre (París).

Se mantiene la imagen de Afrodita vestida, con paños mojados para trabajar la anatomía. También la podemos encontrar reclinada o sentada. Aquí vemos un leve giro en su representación, sigue vestida pero su manto empieza a desprenderse dando un toque erótico. Su pie está apoyado sobre una tortuga, que dicen que puede aludir al mundo marino por haber nacido de Urano.

“Afrodita de Frejús”, copia romana de un original de Calímacos, h.415 a.C., Museo del Louvre (París).

Se empieza a desnudar aludiendo a su origen primitivo, su desnudo comienza en esta obra, se desprende del manto y va vestida con túnica sin cinturón, dejando al descubierto un pecho.

“Afrodita de Arlés”, copia de un original de Praxíteles, mediados siglo IV, Museo del Louvre (París).

Esto lo culmina Praxíteles, que hará dos modelos: el primero es la Afrodita de Arlés, semidesnuda donde vemos que la diosa ha dejado caer la túnica descubriendo el torso. Se piensa que podía llevar a Eros en el brazo y se estaría comunicando con él. En la otra mano lleva la manzana.

“Afrodita de Cnido”, copia de un original de Praxíteles, mediados siglo IV  a.C., Museo Vaticano (Roma).

El segundo modelo es la Afrodita de Cnido; aquí nos la muestra antes de iniciar un baño “lustral”: aparece desnuda completamente y apoya su mano izquierda sobre una hidria que sería de bronce. Se hizo para un templo de Cnido, allí se la veneraba como diosa de la navegación y se relacionaba con Astarté, por eso siempre aparece desnuda.
En las zonas de costa, las diosas de la fertilidad aparecían desnudas, con una mano que tapaba el pecho y con otra el pubis, pero no era un gesto púdico, sino señalando la lactancia y la fecundidad. Praxíteles inaugura el modelo de la “Venus Púdica”.

“Afrodita de Capua”, copia de un original de Lisipo, h. 320 a.C., Nápoles.

Esta sigue el modelo de la de Arlés, pero lo más interesante es que incorpora atributos interesantes: coloca su pie sobre un casco, el casco de Ares, su principal amor, y además se está mirando en el escudo del mismo dios (el casco falta), por tanto estaríamos ante una Venus en el espejo. Además lleva una diadema en la cabeza.
Afrodita suele aparecer montada en un macho cabrío, en una oca, cisne, delfín… Y desde la época más antigua se la identifica con una paloma. La manzana es símbolo de fertilidad y madurez. También se la relaciona con la rosa, la violeta y el mirto. Es muy importante Eros, su principal compañero.

“Venus Capitolina”, copia de un original anónimo, h.300 a.C., Museo Capitolino (Roma).

Venus era la divinidad romana que protegía la naturaleza, aguas y jardines, pero  pronto quedó asimilada a la Afrodita griega, diosa del amor y la belleza. Convirtieron a Afrodita en protectora del pueblo romano, pues los gobernantes la consideraron antepasada suya, por tanto, está en el origen de Roma. Julio César inauguró el culto a Venus Genetrix, la adoraba como antepasada suya a través de Eneas, hijo de Afrodita.

“Venus dormida”, Giorgione, h.1510, Dresde.

En la Edad Media podemos ver a Afrodita desnuda aludiendo al pecado y la lujuria (si aparece vestida alude al planeta Venus). A partir del Renacimiento se recupera su imagen, la de diosa sensual. Incorpora nuevos matices, como la Venus dormida, siendo Giorgione quien la crea. La poesía proporcionaba al espectador el placer de contemplar la belleza.

“Venus de Urbino”, Tiziano, 1538, Uffizi (Florencia).

Tiziano sigue el mismo modelo de Giorgione pero acentúa el carácter erótico. Aquí la diosa no está dormida, sino mirando al espectador de manera directa y franca, con mirada de seducción. Aparece acompañada por un perro pequeño, criadas…que hace que pierda un poco la connotación divina. Se ha visto como un simple retrato de una cortesana, por eso se ha interpretado como un cuadro erótico.

“Venus del Espejo”, Diego de Silva y Velázquez, 1646-49, National Gallery (Londres).

Aquí se mezclan el desnudo y el espejo; Velázquez plasma los conocimientos adquiridos en Italia. Se piensa que lo que se refleja en el cuadro es la belleza admirada, se ve los gestos de reflexión sobre la belleza. Trata el tema mitológico siempre desde obras antiguas, por eso se dice que este desnudo de espaldas puede que fuese inspirado por Hermafrodito.

“El baño de Venus”, François Boucher, 1751

Aparece esta iconografía, el baño de Venus, donde aparece la diosa con los Erotes que la ayudan y también todos sus elementos del tocador. Aquí se ve a Venus como auténtica dama de la época.

“Amor Sacro y Amor Profano”, Tiziano, 1515, Galería Borghese (Roma).

La figura de Afrodita en la antigüedad tenía valor de alegoría, por ejemplo, Platón distinguía a la Afrodita Urania, que la consideraba símbolo de amor puro, de la Afrodita Pandemo, hija de Zeus y Díone que era el amor carnal. Tiziano coloca dos amores, uno espiritual y otro carnal.

Una vez nacida del mar y tras sus pasos por las islas, sube al Olimpo y empieza a intervenir en diferentes escenas colectivas de dioses.

“Bodas de Tetis y Peleo”, Jacob Jordaens, 1636, Museo del Prado (Madrid).

Dónde Afrodita tiene el papel más importante es en el Juicio de Paris, un episodio de gran resonancia mítica porque fue la causa directa que desencadenó la guerra de Troya.
El desencadenante se produce en la boda de la nereida Tetis con Peleo. Esta boda fue instigada por el propio Zeus para evitar perder el poder. Peleo acabó reinando en Ftia. A ese banquete fueron invitados todos los dioses, a excepción de Eris o Éride (la discordia). Como venganza, apareció en la boda y lanzó, sin que nadie lo viera, una manzana que rezaba “para la más hermosa” y cayó justo donde estaban Afrodita, Atenea y Hera, que al instante querían cogerla (algunos autores dicen que era una manzana de oro).
Para resolver el conflicto acuden a Zeus, pero éste descargó la responsabilidad en Paris, un príncipe troyano, que había sido relegado a los montes de Troya como pastor para evitar un oráculo, y en el monte Ida tiene lugar el juicio. Las tres diosas intentaron sobornarlo: Atenea prometió hacerlo invencible en el combate; Hera, señor del universo; y Afrodita, le prometió la más hermosa mujer de la tierra. Finalmente Paris entregó la manzana a Afrodita, y ésta en recompensa le dio a Helena, hija de Zeus y Leda. Paris ayudado por Afrodita raptó a Helena. Atenea y Hera se proclamaron enemigas de los troyanos, mientras que Afrodita se declina a favor de ellos. El rapto de Helena es el desencadenante de la Guerra de Troya; Atenea y Hera ayudan a los griegos y Afrodita a los troyanos.

“El Juicio de Paris”, Lucas Cranach el Viejo, 1528, Nueva York.

A partir de la Edad Moderna, el juicio de Paris tiene gran representación. Aquí las tres diosas aparecen sin atributos, y Paris debajo de un árbol las observa para elegir la más hermosa, mientras que Hermes sujeta la manzana.

“El Juicio de Paris”, Peter Paul Rubens, 1630-40, National Gallery (Londres)

Aquí Paris y Hermes observan a las tres diosas que se desnudan. Es interesante como las diosas aparecen con algunos de sus atributos (pavo real: Hera; escudo con cabeza de medusa: Atenea). Al fondo en el cielo, hay una figura que representa a Las Furias, divinidades de la venganza.

“Amores de Paris y Helena”, Jacques-Louis David, 1788, Museo del Louvre (París).

Paris parte a Esparta para raptar a Helena con ayuda de Afrodita. Aprovechando la ausencia de Menelao (esposo de Helena), Afrodita hizo que Helena se enamorara de Paris y volviesen a Troya. Otras versiones dicen que fue un rapto con violencia. Una vez Helena raptada, Menelao lo descubre y organiza toda una flota griega y se dirige a Troya para invadirla.
Aquí la vemos totalmente entregada al príncipe troyano. Él tiene el gorro frigio y una lira. Vemos las Cariátides del Louvre.




Manme Romero.





Fuentes consultadas:
-      ELVIRA BARBA, M. Ángel: Arte y mito. Manual de iconografía clásica.
-      H UMBERT, Jean: Mitología griega y romana.
-      V. Manuel: "Mitología Clásica"; Universidad de Sevilla.









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