miércoles, 1 de octubre de 2014

Exposición "Alma-Tadema y la pintura victoriana en la Colección Pérez Simón", Museo Thysen-Bornemisza, Madrid



Alma-Tadema y la pintura victoriana en la Colección Pérez Simón”. Esta exposición que se encuentra en el Museo Thyssen-Bornemisza hasta el 12 de octubre de 2014 (prorrogada), nos invita a conocer más en profundidad algunos de los artistas que se incluyen en la pintura victoriana del siglo XIX. 

Según podemos leer en la web del Museo Thyssen-Bornemisza: Sir Lawrence Alma-Tadema, Edward Coley Burne-Jones, Sir Frederic Leighton, Albert J. Moore o Dante Gabriel Rossetti cultivaron en sus obras valores que ofrecían un fuerte contraste con las actitudes moralizantes de la época: la vuelta a la Antigüedad clásica, el interés por el desnudo, las suntuosas decoraciones y las referencias a los temas medievales, que habían heredado de los prerrafaelitas”.

Juan Antonio Pérez Simón lleva reuniendo desde hace más de treinta años obras pertenecientes a la pintura británica de la época del reinado de Victoria (1837-1901) y de su hijo Eduardo VII (1901-1910). Esto se debe a su afición a la belleza natural y de la mujer, y es esto lo que precisamente nos hace llegar la pintura victoriana.

Esta exposición comienza en un eje cronológico que coincide con la disolución de la Hermandad Prerrafaelista, y el conjunto de obras que vemos en la misma responde a dos características primordiales: la fidelidad de estos pintores a la cultura clásica y la admiración por la belleza femenina.


La pintura victoriana, que fue abandonada en el olvido durante varios años, se muestra hoy en esta magnífica exposición con 50 obras ejemplares, entre las que destacan las del pintor Alma-Tadema, que da nombre a esta muestra.

¿Quién es Alma-Tadema? Sir Lawrence Alma-Tadema nació en 1836 al norte de los Países Bajos. En Inglaterra fue un pintor de éxito, y se codeaba con grandes artistas del movimiento prerrafaelista. Como bien decíamos anteriormente, gran parte de sus obras se apoya en el mundo antiguo, y posee una serie de cuadros inspirados en Egipto (ya lo veremos a lo largo de este post).

Volviendo a la exposición, en primer lugar quiero destacar que viene desde París y Roma, y cuenta con artistas como Burne-Jones, Frederick Leighton, Gabriel Rossetti, Waterhouse y por supuesto Alma-Tadema (entre otros). Algo muy importante a tener en cuenta es que es una exposición que une la pintura y la literatura, dos artes muy importantes, ya que en cada sala nos van introduciendo pequeños fragmentos de textos clásicos, lo cual nos ambienta aún más en la época. Para no aburriros demasiado iré destacando las obras que más me han llamado la atención como visitante a la exposición, agrupándolas por pintores.

“Edward Coley Burne-Jones: Pigmalión. 1871”

Pertenece al prerrafaelismo puro, que viene dado por la Hermandad Prerrafaelista fundada por Millais, Rossetti y Hunt, incorporándose más tarde Burne-Jones.

“Edward Coley Burne-Jones: Fátima. 1862”

Obra del mismo artista en la que podemos ver como la figura de la mujer es la única protagonista del cuadro.

“Albert Joseph Moore: El cuarteto. Tributo del pintor al arte de la música. 1868”

Otro pintor inglés que destaca por sus pinturas con figuras femeninas. En este caso hace un tributo a la música, pero coloca a las mujeres de espaldas al espectador, disfrutando del concierto al que están asistiendo. Siguen siendo personajes sensuales con ropajes semitransparentes que dejan intuir el cuerpo de la mujer. Todas son figuras elegantes y muy cuidadas.

“Frederick Goodall: Moisés salvado de las aguas. 1885”

En esta magnífica obra se ambienta una escena bíblica en un contexto histórico egipcio, pintando al mismo tiempo desnudos femeninos (nuevamente la figura femenina posee un peso importante en la obra). Enmarcando la composición encontramos el Templo de Isis en Philae, ubicado cerca de la primera catarata del Nilo. Una obra de gran delicadeza y elegancia, que combina la mujer, la antigüedad y un paisaje exquisitos.

“Lawrence Alma-Tadema: Exedra. 1871”

Empezamos con las obras de Alma-Tadema. Esta escena se sitúa a la salida de Pompeya, en la Via dei Sepolcri, con un paisaje caracterizado por esas grandes losas de piedra que apreciamos en la imagen. Si nos fijamos en la composición, incluso podemos advertir las vetas del mármol. Sin embargo, en primer plano vemos un esclavo, que probablemente espera las órdenes de su amo. Nuevamente estamos ante una reconstrucción arqueológica.

“Lawrence Alma-Tadema: Las rosas de Heliogábalo. 1888”

Era imposible no destacar esta obra. “Heliogábalo empleó un toldo de una sala de banquete para hacer caer en abundancia violetas y otras flores sobre los cortesanos, de tal manera que varios de ellos, incapaces de salir a la superficie, murieron ahogados” [Historia Augusta]. Este es el texto que encontramos en sala y que ciertamente ilustra bastante bien la escena. Además de este pasaje, debemos posar nuestra mirada en la exquisitez a la hora de tratar este acontecimiento: podio de mármol, mesa con patas de bronce, frutas dispares… los detalles están dispuestos de forma impecable. No debemos olvidar que a pesar de representar una tragedia, Alma-Tadema hace una obra bellísima; es inevitable fijarse en la figura central de la parte inferior, que lucha por salir de la montaña de flores con un abanico de plumas, e incluso parece que su brazo se adentra en el plano del espectador.

“John William Godward: Belleza clásica. 1908”

Obra perteneciente ya al siglo XX pero que sigue en la estética de lo que estamos viendo. Mujer dispuesta de perfil sobre un paisaje idealizado y una pared de mármol perfectamente conseguido (nuevamente vemos las vetas y los colores de este material). Los rasgos de la mujer también están levemente idealizados y quizás puedan recordarnos al ideal clásico.

“John William Godward: La ausencia acrecienta el amor. 1912”

En esta obra vemos un claro juego entre las sólidas líneas de la arquitectura (nuevamente la presencia del mármol) y la suavidad y flexibilidad de las líneas del cuerpo de la protagonista. Algo a destacar son las telas, nuevamente muy cuidadas y haciendo pliegues, lo cual hace la composición mucho más veraz.

“John Melhuish Strudwick: Pasan los días. 1878”

Esta obra si es algo más diferente a lo que venimos viendo. En este caso se aborda el tema de la fugacidad del tiempo, representado a través de alegorías que nos remiten a las tres edades del hombre, las cuales desfilan ante un hombre sentado en un trono. En el centro se encuentra un hombre que mira solo a su pasado, ignorando al presente y dando la espalda al futuro; a la derecha tenemos a la juventud acompañada por un paisaje primaveral; sin embargo, a la izquierda encontramos a la vejez con un panorama desolador. Todo esto se encuentra enmarcado en una composición marmórea, en la que se representan toda clase de situaciones dramáticas que pueden ocurrirle al ser humano. Realmente vemos un friso humano, formado por diferentes figuras que responden a un único canon, diferenciadas por la huella del tiempo. Esta es una de las obras que dan paso al simbolismo.

“John Melhuish Strudwick: Las murallas de la casa de Dios. H.1889”

Y con esta última obra cierro el post. En ella se representa la llegada de dos almas al Paraíso: el hombre recibe la libertad, mientras que la mujer aún tiene cadenas en las muñecas.


Finalmente destacar que además de todas estas obras (y muchas más que no puedo mencionar porque se haría larguísimo) y los textos que las acompañan, encontramos en el centro de la sala de mayor tamaño un centro de rosas, justo delante de la obra “Las rosas de Heliogábalo”.

Para aquellos y aquellas a los que les haya gustado, les dejo aquí un vídeo acompañado de varios enlaces para más información de la exposición. Espero que lo disfruten:



Listado de obras de la exposición AQUÍ.
Microsite de la exposición AQUÍ.
Más imágenes sobre la exposición ("Por la calle de Alcalá") AQUÍ.





Manme Romero.





Fuentes consultadas:
Catálogo “Alma-Tadema y la pintura victoriana en la Colección Pérez Simón”


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