lunes, 25 de noviembre de 2013

La pintura en Flandes: La lección de anatomía del profesor Tulp

¡Hola de nuevo!

Estoy aquí otra semana más, y empezamos fuerte: Rembrandt Harmenszoon Van Rijn. Os aviso de antemano que a este pintor lo vamos a tratar más de una vez, ya que es una de mis debilidades. Empezamos un poco con el contexto de la época y con una de sus obras más famosas.


Durante el siglo XVII Flandes se divide en la parte católica situada al sur con sede en Bélgica, y en la parte norte, que es la parte protestante, formándose lo que se conoce como las Provincias Unidas y cuyo centro es Holanda.
Si bien es cierto que Rembrandt estudiará en la Escuela Holandesa, sus antecedentes serán sus maestros. Esos maestros (y muchos artistas contemporáneos) introducen las corrientes romanas de Caravaggio y los Carracci en Holanda, aunque resultó más impactante el primero.

La premisa es clara: viaje a Roma e influencias captadas. Así pues el tenebrismo se introdujo con fuerza y ello influirá en nuestro artista.
Supone también importante señalar que el foco comercial más importante del mundo era Ámsterdam con su imperial puerto. Hasta allí se llevaban obras clásicas de Rafael y barrocas del momento, por lo que Rembrandt conoció todos sus antecedentes y el momento presente sin viajar a Roma.

Rembrandt es un artista polivalent,e excelente grabador y dibujante excepcional. Rembrandt como ya sabemos es uno de los maestros del claroscurismo, contrastando la luz con la sombra para lograr efectos muy sutiles. Si analizamos su personalidad o cuanto menos su aspecto externo, podemos apreciar que no parece un personaje del siglo XVII, más bien se adelanta dos siglos a su tiempo, dando la sensación de ser un Romántico con su pelo enmarañado en bucles.

Ese análisis es posible a través de sus autorretratos. He aquí que Rembrandt sea posiblemente el artista que más se ha autorretratado.  Posiblemente usase un espejo. El rostro de los primeros años, como ejemplifican algunos de sus grabados, es el de un pordiosero. Ese gusto por el autorretrato es un carácter propio de los grandes artistas. Supone ese gusto por la introspección, el descubrimiento de sí mismo y de la subjetividad. A ello hay que unirle el descubrimiento de las lentes en los Países Bajos, que permite que la realidad pueda apreciarse con más nitidez investigándose sobre lo pequeño y lo lejano que puede apreciarse con más detalles.
El autorretrato del Rembrandt maduro nos cuenta otra historia. Ciertamente hay que señalar que solamente investigando esas imágenes se puede conseguir una biografía del artista y podemos definir su estilo. Sus últimos autorretratos nos enseñan a un Rembrandt que siempre se conservó bien psicológicamente, pero que ya en los últimos años no es más que un anciano desvalido que se ha quedado sin mujer y sin hijos. Podemos apreciar una serie de caracteres en su obra:

     1.    Ejecuta los pigmentos en el taller. Son típicos de él los rojos tintos y los marrones.
     2.    Retratos que ahondan en el aspecto psicológico. Miran siempre al espectador concentrando el poder del retrato en la mirada. Sus imágenes son de una dimensión profunda.
      3.    Maduración en poco tiempo. En sus primeros años sus formas tienden a ser más lineales. En la madurez deja de contornear las formas y la sensación de color conforme avancemos se hará cada vez más maleable e inestable.
   4.    Obra relacionada con la Biblia. Tiene aun siendo protestante muchas obras de carácter religioso. Debemos saber que fueron imágenes para el culto privado, pues en ese tipo de culto si se permitían las imágenes religiosas; no son grandes encargos eclesiásticos.
      5.    El movimiento de Rembrandt es limitado desde el punto de vista exterior. A él le interesa el interior de los individuos. Sus retratos muestran siempre la presencia humana.

Y ahora vamos a acompañar la biografía y estilo de este autor con una de sus obras más famosas: La lección de anatomía del profesor Tulp.

“La lección de anatomía del profesor Tulp. 1632”

Situamos esta obra a partir de 1631, coincidiendo con el traslado del pintor a Ámsterdam. Sabemos que se llevó a cabo en esta fecha porque el 16 de enero de 1632, la cofradía los cirujanos de Ámsterdam permitió una disección pública (sólo permitía una al año, en invierno, para mejor conservación del cadáver).
Es una de las obras más conocidas de la Historia del Arte. Ejemplifica algo que en esta época era bastante frecuente en la zona de Holanda: la experimentación y estudios sobre cadáveres. Holanda en este sentido era más tolerante que el resto de potencias del momento. Era frecuente por ello que como una especie de entretenimiento, un médico empezase a mostrar los mecanismos de los que está formado el cuerpo humano a un público expectante. Podemos decir que estamos ante un retrato en conjunto, en el que aparece representada una lección pública de anatomía, cuyo profesor está enseñando a los presentes la disección de un brazo (el derecho). Alrededor del profesor se encuentran siete alumnos que escuchan la lección.

El doctor se presenta en un lado del cuadro equilibrando la composición con una especie de diagonal. Delante suya se localiza un libro que posiblemente utilizase para hacer más gráficas sus lecciones o pedagógicas sus explicaciones. A su lado el cadáver de un hombre. Los cadáveres solían ser de gente ajusticiada. Ya sabemos que esta práctica en tiempos anteriores se penaba con la muerte, pero que grandes artistas del Renacimiento como Miguel Ángel o Leonardo ejecutaron este tipo de trabajos en su afán del estudio anatómico.


El resto de la composición puede definirse como un retrato de grupo de los que tantos se hacían. El grupo presenta ese gusto en Rembrandt por representar el movimiento interior de los personajes a través de los gestos. Unos de sorpresa, otros de repugnancia, otros expectantes y otros distraídos. Estudia el alma de cada personaje. Por otra parte señalaremos al doctor: parece estar hablando pues sus labios se separan. Además, con la mano hace un gesto curioso: ejemplifica como se mueve la mano y cómo funcionan los músculos que ha cogido con el bisturí: los tensores de los dedos.
En cuanto al cadáver, podemos decir que se encuentra tumbado sobre una camilla. La cara del mismo (sabemos que es un criminal ajusticiado, Aris Kindt, ahorcado por robo) se encuentra en penumbra, lo cual alude a la umbra mortis, es decir, la sombra de la muerte.

Y hoy terminaremos con un enigma: ¿es esta la única representación sobre una lección de anatomía que hizo Rembrandt? ¡La respuesta es no! Así que nos leemos próximamente…


Fuentes consultadas:
- AA.VV: “El Barroco”.
- BOCKEMÜHL, Michael: “Rembrandt”
- GOMBRICH, E.H.: “La Historia del Arte”
- G.P. Emilio: “Arte Barroco”; Universidad de Sevilla

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