lunes, 16 de diciembre de 2013

Non finito: Rodin




Hablaremos del escultor más representativo del siglo XIX: Auguste Rodin. Nació en 1840 y muere en 1917. Muere y aún no había acabado la I Guerra Mundial.
Rodin era de familia muy humilde, y un hombre que no quería honores ni méritos, sólo que lo consideraran. Rodin rompió con todo lo anterior, y por eso fue un poco manipulado por la crítica. Rodin demostró que tenía talento y que tenía fecundidad, pues era muy trabajador, y leía mucho, era muy culto. Estudió en la Escuela de Artes Decorativas, pues no pudo ir a la Escuela de Bellas Artes. Estudió en el taller de Barye, el escultor de los animales.


Rodin era un antiacadémico, sin embargo, viajó a Italia, donde se acuñó su carácter artístico.  Conoció la Divina Comedia, y muchísimas obras de artistas italianos. Pero además aprendió el sentimiento, que lo va a aplicar a un objetivo que es el denominador común: la figura humana, la persona; es lo mismo que hicieron Donatello y Miguel Ángel, ver a la persona de dentro a afuera.
Era de una facilidad técnica admirable, una mirada rápida. Y hay en él una serie de conceptos fundamentales:
El objetivo es el cuerpo humano, pero con su movimiento en cada circunstancia. También hay un elemento clave en la obra de Rodin: la luz.
Todas estas circunstancias son admirables, como lo es también el non finito, para que el espectador influyera en la obra.
Además de no terminar las obras, muchas de ellas las deja con una superficie rugosa, para que la luz interfiera en ella, y diera una impresión (1884 exposición de los impresionistas en París).

Se podría establecer un criterio docente que fuera simultáneo, pero sería complicado. Por ello se toma como referencia el paralelo, la sincronía. No se entendería la obra de Coubert sin la obra de  Rodin. Es la que crea el ambiente en el que trabajan estos artistas. Hay artistas que están conformados con el ambiente, que crean una forma de expresión. La obra de Rodin crea lo que es la obra de arte, que es cuando se da el equilibrio entre la forma y el contenido. Hecho con una estética importante. Cuando le falta alguna de los dos, no es una obra de arte; puede ser cualquier otro artificio.
Lo vamos a ver de manera diacrónica, pero antes cabe citar una frase textual de Rodin dijo: “Admito que el artista no ve la naturaleza como el vulgo porque su emoción le revela las verdades interiores bajo las apariencias. El único principio del arte es copiar lo que se ve. No hay recetas para embellecer la naturaleza, sólo se trata de ver (mirar, que es más trascendental)”.

Estamos hablando de dos aspectos fundamentales; la naturaleza y mirar, por tanto es la interpretación   que uno hace de esa naturaleza. En su tiempo el copiar se hacía  porque en la época se llevaba mucho el hacer copias de obras maestras. Incluso interpreta al monumento de manera distinta a como se realizaba en el momento. En cualquier caso, hay que recoger que Julián Gállego llega a reconocer que Rodin representa todas las tendencias del arte contemporáneo, como es por supuesto el impresionismo, el expresionismo, el simbolismo, el modernismo, el primitivismo, el futurismo y e incluso una corriente estética que cultivan algunos escultores con dos términos que vienen a ser parecidos (el helenismo y el mediterranismo).

La técnica que usa Rodin es la fundición de metal usando el procedimiento tradicional del yeso, es decir, hacer el molde de yeso y pasarlo a la fundición. En algún momento Rodin causó escándalo, pues llegó a veces a sacar el molde del mismo cuerpo. Su vida no es convencional. Se rompe el carácter social de los artistas.

Y ahora daremos unas nociones básicas sobre algunas de sus obras, quizás las más representativas.

“Las puertas del infierno”.

Este fue un encargo de la escuela de artes decorativas de París. Rodin pensó en qué podía realizar. Al final no terminó en la escuela de artes decorativas, pues la obra era tan importante que tenía que albergarse en un museo, como es el caso de Philadelphia. La obra se hizo en 1880 aunque duró bastante tiempo por diversas razones. Observamos el completo de la obra. Es una obra extraordinaria por el profundo conocimiento del relieve y de los esquemas decorativos. Esta obra está ajena al mundo que vive Rodin. Hay una serie de obras especialmente el que vamos a ver, sobre todo el relieve de la parte superior que se inspira en el infierno de Dante.

“El pensador de Rodin”.

Se hicieron varias versiones. Se ha dicho que es el propio escultor que está pensando la sociedad de su tiempo y hay quien dice que es el retrato de Dante, que mira hacia el Hades, es decir, el infierno. Está mirado a los condenados y reflexionando sobre el final de esos condenados y por qué han llegado a ese sitio siniestro.
Hay un precedente interesante que es el famoso Hugolino de Carport, que es el autor del grupo de la danza que hay delante de la ópera de París. Parece un atleta griego, broncíneo.

“Los ciudadanos de Calais”. 1884- 86.

Se quiere representar muchas cosas. Es una alegoría, es decir, una representación en la que hay símbolos y presencia humana. Es un pasaje de la Edad Media, muy tremenda, la guerra de los 100 años entre Francia e Inglaterra. La ciudad de Calais era una plaza fuerte muy importante y a Inglaterra le interesaba dominarla. El rey Eduardo III pidió que fuera capitulada y que además sufrieran la vergüenza, a través de unos ciudadanos avergonzados. Lo desnudo y lo rapado eran los símbolos más bajos. Tuvieron que ir a entregar las llaves al rey de esta manera. Es la alegoría del valor humano, del sufrimiento, de la honra, etc.
En el museo de Rodin de París se encuentra la versión original. Delante del parlamento de Londres hay una copia extraordinaria, como si fuese la consciencia de los ingleses un poco atormentada, de lo que no debían hacer. Es un monumento a ras del suelo, se puede dialogar con las figuras. Aquí está la historia de la escultura.
Claus Sluter era el precedente de esta escultura de figuras cortitas. Rodin usó mucho como buen mediterráneo las manos. Los personajes gesticulan mucho. Junto con el rostro, son la parte más expresiva del cuerpo humano. Él usaba la técnica rugosa y el non finito. Es una obra singularísima de la que él hizo algunos bocetos. Debió de conocer al Greco. Alargamiento de la figura. “No hay peor cosa que ser enano”, decía el Greco.

“Danaide”. 1885.

Hija del rey Danao de Argos. Le saca a la superficie un sentido extraordinario. Es lo que sería una escultura que sale de la propia masa escultórica. En cierto modo es un cubista, porque sintetiza las inquietudes del arte contemporáneo.

“El beso”.

Sentido iconológico, iconográfico. Lo importante es como saca a las figuras del bloque, como si fuera Miguel Ángel. Parece un altísimo relieve la parte inferior sobre todo. Modela lo que es el bloque. Magnífico manierista contemporáneo. Se le decía que era un chapucero porque lo que pretende dar es la idea, no le interesa la belleza, lo académico. El brazo del muchacho es huesudo, pero es muy expresivo. La mano acaricia el cuerpo femenino.



Manme Romero.






Fuentes consultadas:
- P.C. Gerardo: "Arte del Siglo XIX"; Universidad de Sevilla.


(*) Nota: las imágenes fueron tomadas de Internet y los derechos de autoría pertenecen a sus respectivos dueños. 

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